
Herencias de vivienda: qué debes saber
Publicado el 11 de marzo de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 22 min
Índice
- Introducción a las herencias de vivienda
- Aspectos legales de heredar una vivienda
- Impuestos al heredar una vivienda
- Reparto de la herencia entre herederos
- Aceptar o renunciar a una herencia
- Qué hacer con una vivienda heredada
- Herencia de vivienda con hipoteca
- Vivienda alquilada en una herencia
- Problemas comunes en herencias de vivienda
- Preguntas frecuentes
- Conclusión
Introducción a las herencias de vivienda
Las herencias de vivienda son una de las situaciones legales más comunes a las que muchas personas se enfrentan a lo largo de su vida. Ya sea por el fallecimiento de un familiar directo o por una disposición testamentaria, recibir una propiedad como herencia puede ser tanto una oportunidad como un desafío. Entender qué implica este proceso, desde el punto de vista legal, fiscal y práctico, es fundamental para tomar decisiones informadas y evitar complicaciones futuras.
Heredar una vivienda no consiste simplemente en recibir una propiedad. Se trata de un proceso que conlleva trámites legales específicos, posibles cargas económicas y, en algunos casos, tensiones familiares por el reparto de bienes. Además, no siempre se trata de un beneficio inmediato: en función del estado de la vivienda, su localización o la existencia de cargas como hipotecas o embargos, puede convertirse en una responsabilidad más que en una ventaja.
Dato clave: El proceso de aceptación de una herencia puede incluir deudas y obligaciones asociadas a la vivienda. Por ello, es imprescindible realizar un análisis completo antes de aceptar formalmente la herencia.
Desde el punto de vista legal, el procedimiento comienza con la acreditación del fallecimiento mediante el certificado de defunción, seguido del testamento (si existe) y del acta de declaración de herederos. Posteriormente, será necesario realizar el inventario de bienes y el reparto conforme a la voluntad del testador o a las normas legales de sucesión. En esta fase se establece qué herederos reciben qué bienes, siendo la vivienda uno de los activos más relevantes y, a menudo, más conflictivos.
Además, heredar una vivienda conlleva obligaciones fiscales. El impuesto de sucesiones y donaciones varía según la comunidad autónoma, y puede representar un coste elevado si no se planifica correctamente. En algunos casos, los herederos se ven obligados a vender la vivienda o buscar financiación para poder hacer frente al pago de estos tributos.
- Evaluar la viabilidad económica de aceptar la herencia.
- Consultar a un abogado especializado en herencias.
- Realizar un inventario de cargas y deudas asociadas a la vivienda.
- Valorar la posibilidad de uso, venta o alquiler de la propiedad.
En definitiva, las herencias de vivienda deben gestionarse con criterio, conocimiento y asesoramiento legal adecuado. Este artículo te guiará paso a paso por todos los aspectos fundamentales que debes tener en cuenta si te encuentras en esta situación, desde los trámites iniciales hasta las decisiones finales sobre el destino del inmueble heredado.
Aspectos legales de heredar una vivienda
Heredar una vivienda no solo implica recibir un bien inmueble, sino que también conlleva una serie de obligaciones legales que deben cumplirse para que el proceso sea válido y efectivo. La normativa que regula las herencias en España está recogida en el Código Civil, aunque muchas competencias están transferidas a las comunidades autónomas, lo que puede suponer variaciones importantes según el lugar donde se tramite la herencia.
Uno de los primeros pasos legales tras el fallecimiento del titular de la vivienda es la obtención del certificado de defunción, que permitirá iniciar los trámites sucesorios. A partir de ahí, se debe localizar el testamento, si existe, mediante una solicitud al Registro General de Actos de Última Voluntad. En caso de no haber testamento, se procederá a una declaración de herederos abintestato, que determinará quiénes tienen derecho legal a heredar.
Importante: El testamento facilita el proceso, pero no exime de los trámites legales obligatorios. Incluso con testamento, será necesario formalizar la aceptación de herencia mediante escritura pública.
Tras la identificación de los herederos, se debe proceder a la aceptación o renuncia de la herencia. Esta decisión tiene importantes consecuencias legales y fiscales. La aceptación puede realizarse de forma expresa o tácita, y puede ser pura y simple o a beneficio de inventario. Esta última opción permite al heredero limitar su responsabilidad por las deudas del causante al valor de los bienes heredados, protegiendo su patrimonio personal.
- Certificado de defunción y últimas voluntades.
- Obtención del testamento o declaración de herederos.
- Inventario de bienes y cargas asociados a la vivienda.
- Escritura de aceptación de herencia ante notario.
- Inscripción de la propiedad heredada en el Registro de la Propiedad.
Otro aspecto esencial es la inscripción de la vivienda a nombre del heredero en el Registro de la Propiedad. Este paso garantiza la seguridad jurídica del nuevo titular y es imprescindible para vender, alquilar o disponer legalmente del inmueble. Para ello, debe aportarse la escritura de aceptación de herencia junto con la liquidación del impuesto de sucesiones.
En resumen, los aspectos legales de heredar una vivienda implican una serie de trámites obligatorios que deben ser gestionados con precisión y asesoramiento profesional. Un error o una omisión puede retrasar el proceso o generar conflictos jurídicos posteriores, especialmente en casos con múltiples herederos o situaciones patrimoniales complejas.
Impuestos al heredar una vivienda
Heredar una vivienda conlleva una serie de implicaciones fiscales que deben tenerse en cuenta desde el primer momento. Aunque muchas personas consideran que recibir una propiedad es siempre beneficioso, lo cierto es que el aspecto impositivo puede suponer una carga económica significativa si no se planifica correctamente. Los impuestos al heredar una vivienda varían en función de varios factores, como el valor del inmueble, el grado de parentesco con el fallecido y la comunidad autónoma en la que se tribute.
El impuesto más relevante en estos casos es el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Este tributo debe liquidarse ante la hacienda autonómica correspondiente, y su cuantía puede ser considerable, especialmente si el heredero no pertenece al grupo de familiares directos. Cada comunidad autónoma establece sus propias bonificaciones, reducciones y tipos impositivos, lo que genera diferencias notables entre regiones.
Ejemplo práctico: En algunas comunidades como Madrid o Andalucía, existen bonificaciones de hasta el 99% para herencias entre padres e hijos, mientras que en otras regiones el importe a pagar puede ser mucho más elevado si no se aplican reducciones.
Además del impuesto de sucesiones, también debe tenerse en cuenta la plusvalía municipal o Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU). Este impuesto se paga al ayuntamiento correspondiente y se calcula sobre el valor catastral del suelo y los años transcurridos desde la última transmisión. Aunque recientemente se han producido cambios legislativos que permiten nuevas fórmulas de cálculo, sigue siendo un coste que puede afectar al patrimonio del heredero.
- Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (gestionado por la comunidad autónoma).
- Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos (plusvalía municipal).
- Gastos notariales y registrales por la aceptación de la herencia.
- Costes asociados a la valoración del inmueble.
Es fundamental realizar una correcta planificación fiscal y, si es necesario, solicitar asesoramiento profesional para reducir la carga tributaria. En muchos casos, es posible acceder a reducciones por vivienda habitual o por minusvalía del heredero, siempre que se cumplan determinados requisitos. También conviene conocer los plazos para presentar la liquidación de impuestos, que generalmente es de seis meses desde el fallecimiento, prorrogables otros seis si se solicita expresamente.
En conclusión, heredar una vivienda no solo implica asumir su propiedad, sino también cumplir con una serie de obligaciones fiscales que pueden condicionar su aprovechamiento futuro. Conocer estos impuestos y cómo gestionarlos adecuadamente puede marcar la diferencia entre una herencia provechosa y un problema económico inesperado.
Reparto de la herencia entre herederos
El reparto de la herencia entre herederos es uno de los momentos más delicados dentro del proceso sucesorio. Aunque puede parecer un trámite sencillo, lo cierto es que suelen surgir desacuerdos y situaciones complejas, especialmente cuando hay bienes indivisibles como una vivienda. Por ello, conocer cómo se distribuyen legalmente los bienes, qué derechos tiene cada heredero y cómo evitar conflictos es esencial para una correcta planificación y gestión de la herencia.
En términos generales, el Código Civil establece una estructura de distribución que contempla tres partes del patrimonio del fallecido: la legítima, la mejora y la libre disposición. La legítima es la parte que obligatoriamente debe destinarse a los herederos forzosos (normalmente hijos o descendientes), la mejora permite favorecer a uno o varios de esos herederos, y la libre disposición puede asignarse a quien desee el testador.
¿Sabías que...? La legítima representa dos tercios del patrimonio total en herencias con descendientes. De ellos, un tercio puede destinarse como mejora a favor de uno o varios herederos.
Cuando existen varios herederos y un solo inmueble, como suele ocurrir con las viviendas, el reparto puede hacerse mediante adjudicación indivisa, es decir, cada heredero obtiene un porcentaje de propiedad. Sin embargo, esto puede generar complicaciones a largo plazo si no se gestiona adecuadamente, ya que se requerirá el acuerdo de todos los copropietarios para vender o realizar cualquier acción sobre la vivienda.
- Adjudicación directa del inmueble a un heredero con compensación económica al resto.
- Venta del inmueble y reparto proporcional del valor entre herederos.
- Constitución de una copropiedad entre los herederos.
- Acuerdos privados ante notario para evitar disputas futuras.
En caso de desacuerdo, cualquiera de los herederos puede solicitar judicialmente la partición de la herencia. Este proceso suele ser más largo y costoso, por lo que se recomienda siempre intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial. También puede recurrirse a la figura del contador-partidor, un profesional designado para realizar el reparto equitativo conforme a la voluntad del testador o a lo establecido por ley.
En definitiva, el reparto de la herencia requiere diálogo, asesoramiento legal y una visión práctica que permita tomar decisiones equitativas, evitando así enfrentamientos familiares y preservando la armonía en un momento que, de por sí, suele ser emocionalmente complejo.
Aceptar o renunciar a una herencia
Aceptar o renunciar a una herencia es una decisión crucial que todo heredero debe valorar detenidamente antes de iniciar cualquier trámite sucesorio. Aunque comúnmente se asocia la herencia con un beneficio económico, no siempre es así. Las herencias pueden incluir deudas, cargas o responsabilidades que, en ciertos casos, hacen más conveniente su rechazo. Por ello, es fundamental conocer las implicaciones legales, fiscales y patrimoniales antes de asumir la titularidad de los bienes heredados.
La aceptación de una herencia puede realizarse de dos formas: de manera pura y simple, o a beneficio de inventario. La aceptación pura y simple implica que el heredero asume tanto los bienes como las deudas del causante, sin limitación alguna. Por el contrario, la aceptación a beneficio de inventario protege al heredero, ya que este solo responderá de las deudas del fallecido con los bienes heredados, sin comprometer su patrimonio personal.
Recomendación profesional: Antes de aceptar una herencia, solicita un inventario detallado de los bienes y deudas, y consulta con un asesor legal. La aceptación a beneficio de inventario puede evitar graves perjuicios económicos si existen pasivos ocultos.
En el caso de la renuncia, el heredero debe manifestarlo de forma expresa, clara y mediante escritura pública ante notario. Esta decisión es irrevocable y tiene efectos retroactivos: es como si el heredero nunca hubiera sido designado como tal. La parte renunciada se redistribuye entre los demás herederos o según lo estipulado en el testamento.
- La aceptación pura y simple implica asumir también las deudas.
- La aceptación a beneficio de inventario limita la responsabilidad del heredero.
- La renuncia debe hacerse por escritura notarial y es definitiva.
- Es recomendable analizar la carga fiscal antes de tomar una decisión.
El plazo para aceptar o renunciar a una herencia no está legalmente tasado, aunque sí lo está el plazo para liquidar los impuestos correspondientes (habitualmente seis meses desde el fallecimiento). No obstante, es aconsejable actuar con agilidad para evitar complicaciones fiscales o legales derivadas de la inacción.
En definitiva, aceptar o renunciar a una herencia no debe ser una decisión impulsiva. Evaluar con objetividad el patrimonio heredado, consultar a un profesional y comprender las posibles consecuencias es clave para evitar conflictos, sorpresas desagradables y pérdidas económicas innecesarias.
Qué hacer con una vivienda heredada
Una vez completado el proceso de aceptación de herencia y formalizada la transmisión de la propiedad, muchos herederos se enfrentan a una decisión clave: ¿qué hacer con la vivienda heredada? Esta elección dependerá de múltiples factores, como la situación personal del heredero, el estado del inmueble, su ubicación, los costes de mantenimiento y la existencia de otros copropietarios. No existe una única respuesta correcta, pero sí diversas opciones que pueden adaptarse a cada caso.
Las alternativas más comunes incluyen el uso personal del inmueble, la venta del mismo o el alquiler como fuente de ingresos. Cada decisión conlleva ventajas e implicaciones fiscales y legales que deben valorarse cuidadosamente antes de actuar.
Consejo útil: Realiza una valoración profesional de la vivienda heredada antes de tomar una decisión. Así conocerás su valor real de mercado y podrás planificar con mayor precisión las opciones disponibles.
- Uso personal: Puedes residir en la vivienda heredada o destinarla como segunda residencia. Ten en cuenta que conllevará gastos como el IBI, suministros y mantenimiento.
- Venta del inmueble: Una de las opciones más frecuentes, especialmente si existen varios herederos. La venta requiere acuerdo entre copropietarios y puede generar plusvalía, sujeta a tributación en el IRPF.
- Alquiler: Convertir la vivienda en una fuente de ingresos pasivos. Será necesario declarar los beneficios obtenidos y asumir las obligaciones como arrendador.
- Cesión o donación: También es posible donar la vivienda a otro familiar o ceder su uso, aunque ello conlleva ciertas implicaciones fiscales.
En caso de herencia compartida, si no hay acuerdo entre herederos, puede optarse por la disolución de la copropiedad. Este proceso permite que uno de los herederos compre la parte del resto, o que se venda la vivienda y se repartan los beneficios. En situaciones más complejas, incluso podría recurrirse al proceso judicial de división de la cosa común.
Elegir qué hacer con una vivienda heredada no debe ser una decisión impulsiva. Analizar la situación económica, los intereses familiares y las oportunidades del mercado inmobiliario es clave para tomar la decisión más beneficiosa a corto y largo plazo. Contar con asesoramiento profesional puede ayudarte a evitar errores comunes y a optimizar el valor del inmueble heredado.
Herencia de vivienda con hipoteca
Heredar una vivienda con hipoteca es una situación cada vez más común y que plantea importantes dudas jurídicas y económicas. Muchas personas desconocen que, al aceptar una herencia, no solo se adquieren los bienes del fallecido, sino también sus deudas y cargas. Por ello, si el inmueble heredado está hipotecado, el heredero debe valorar detenidamente las implicaciones que esto supone antes de tomar una decisión definitiva.
Al aceptar una vivienda con hipoteca, el heredero se convierte en el nuevo titular del bien, pero también asume la obligación de continuar pagando el préstamo pendiente. Es decir, la entidad financiera mantiene el derecho sobre el inmueble hasta que la deuda sea saldada, aunque puede exigir garantías adicionales si considera que el perfil del nuevo titular presenta mayor riesgo.
Importante: La deuda hipotecaria no desaparece con el fallecimiento del titular original. Si se acepta la herencia, se asume íntegramente el compromiso de pago restante.
Ante esta situación, el heredero dispone de varias opciones. Puede asumir la hipoteca y seguir pagando las cuotas mensuales, renegociar las condiciones del préstamo con la entidad bancaria, o bien vender el inmueble para cancelar la deuda. En cualquier caso, es fundamental calcular si el valor del inmueble compensa la carga hipotecaria asumida.
- Continuar con el pago de la hipoteca y mantener la propiedad.
- Solicitar una subrogación hipotecaria para adaptarla a tu perfil económico.
- Renegociar con la entidad financiera nuevas condiciones de financiación.
- Vender el inmueble y destinar el importe a cancelar la deuda pendiente.
En algunos casos, si el importe de la deuda supera el valor real del inmueble, puede ser más conveniente renunciar a la herencia. Esta decisión debe tomarse dentro del plazo legal y, preferiblemente, tras analizar el inventario completo de activos y pasivos del fallecido. La aceptación a beneficio de inventario puede ser una buena alternativa para evitar que las deudas hipotecarias afecten al patrimonio personal del heredero.
En definitiva, heredar una vivienda con hipoteca requiere una valoración responsable y estratégica. Consultar con asesores legales y financieros es clave para tomar decisiones informadas y evitar compromisos económicos que puedan perjudicar tu estabilidad futura.
Vivienda alquilada en una herencia
Heredar una vivienda que ya se encuentra alquilada plantea una serie de particularidades legales y prácticas que los herederos deben conocer. A diferencia de una propiedad libre, este tipo de herencia implica no solo la transmisión del inmueble, sino también de los derechos y obligaciones derivados del contrato de arrendamiento vigente. Por tanto, es importante analizar cómo afecta esta situación a la relación con el inquilino, a la gestión del inmueble y a los ingresos generados.
La legislación establece que el contrato de arrendamiento continúa en vigor tras el fallecimiento del propietario, manteniéndose los derechos del inquilino. Es decir, los herederos se subrogan automáticamente en la posición del arrendador, asumiendo las condiciones pactadas en el contrato original. No es necesario firmar un nuevo contrato, aunque sí es recomendable notificar formalmente al inquilino el cambio de titularidad para evitar confusiones en los pagos y la comunicación.
Importante: El inquilino tiene derecho a mantener su contrato hasta el vencimiento, salvo que se pacte otra cosa o exista una causa legal para resolverlo. La voluntad del nuevo propietario no es suficiente para extinguir el arrendamiento unilateralmente.
Además de los aspectos legales, también es necesario contemplar la parte fiscal. Los ingresos por alquiler obtenidos tras aceptar la herencia deberán declararse en el IRPF como rendimientos del capital inmobiliario, aplicando las deducciones y gastos permitidos por ley. Si la propiedad es compartida por varios herederos, cada uno deberá tributar en función de su porcentaje de participación.
- Notificar al inquilino el cambio de titularidad del arrendador.
- Comprobar la vigencia y condiciones del contrato actual.
- Gestionar los ingresos del alquiler conforme a la nueva titularidad.
- Declarar los rendimientos en el IRPF con base en la participación heredada.
- Evaluar si se desea continuar con el arrendamiento o rescindirlo en el futuro.
En conclusión, una vivienda alquilada dentro de una herencia puede representar una oportunidad de ingresos pasivos, pero también exige una correcta gestión legal y fiscal. La colaboración entre los herederos y el cumplimiento de la normativa vigente son claves para evitar problemas con el inquilino y con la administración tributaria.
Problemas comunes en herencias de vivienda
Las herencias de vivienda, aunque en principio puedan parecer un trámite sencillo, suelen venir acompañadas de conflictos y complicaciones que pueden prolongar el proceso y generar tensiones entre los herederos. La combinación de factores emocionales, legales y económicos convierte este tipo de herencias en uno de los asuntos sucesorios más conflictivos. Conocer los problemas más habituales permite anticiparse a ellos y abordarlos con mayor eficacia.
Uno de los principales focos de conflicto suele ser el desacuerdo entre herederos sobre qué hacer con la vivienda. Mientras unos pueden querer venderla, otros desean conservarla o utilizarla como residencia. Esta falta de consenso puede derivar en bloqueos prolongados, sobre todo cuando no existe una clara voluntad testamentaria o un acuerdo entre las partes.
Ejemplo habitual: Tres hermanos heredan una vivienda. Uno quiere vender, otro alquilar y el tercero vivir en ella. Si no llegan a un acuerdo, puede ser necesario recurrir a la vía judicial para resolver la copropiedad.
Otro problema frecuente es la existencia de cargas ocultas, como hipotecas, embargos o deudas asociadas al inmueble. Aceptar una herencia sin conocer su situación financiera puede suponer un grave perjuicio económico para el heredero. Por eso, es imprescindible solicitar un informe registral y una valoración económica del inmueble antes de tomar cualquier decisión.
También son habituales los retrasos en los trámites notariales y registrales, especialmente cuando falta documentación o alguno de los herederos reside en el extranjero. Esto puede alargar el proceso y dificultar la gestión fiscal, como la liquidación del impuesto de sucesiones dentro del plazo legal.
- Desacuerdos sobre la venta, uso o reparto del inmueble.
- Existencia de deudas o cargas no detectadas inicialmente.
- Falta de comunicación o implicación entre herederos.
- Retrasos por documentación incompleta o herederos ausentes.
- Dificultades para inscribir la propiedad en el Registro.
En definitiva, los problemas comunes en herencias de vivienda pueden evitarse o minimizarse si se actúa con planificación, transparencia y asesoramiento profesional. Contar con un abogado especializado en sucesiones puede marcar la diferencia entre un reparto pacífico y un conflicto prolongado que afecte a la familia y al valor del patrimonio heredado.
Preguntas frecuentes
Las herencias de vivienda generan muchas dudas entre los herederos, especialmente cuando se enfrentan por primera vez a este tipo de trámites legales y fiscales. A continuación, respondemos algunas de las preguntas más habituales que suelen surgir durante el proceso, con el objetivo de aclarar conceptos clave y facilitar una gestión adecuada de la herencia.
¿Qué impuestos debo pagar al heredar una vivienda?
El principal impuesto es el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, cuya cuantía varía según la comunidad autónoma y el grado de parentesco. También se debe abonar la plusvalía municipal (IIVTNU) si se transmite el inmueble posteriormente.
¿Puedo vender una vivienda heredada inmediatamente?
Sí, una vez realizada la aceptación de herencia y registrada la propiedad a tu nombre, puedes vender el inmueble. No obstante, debes tener en cuenta las posibles implicaciones fiscales por la ganancia patrimonial generada.
¿Qué sucede si no quiero aceptar la herencia?
Puedes renunciar formalmente ante notario. Es importante hacerlo antes de realizar cualquier acto que implique aceptación tácita. También puedes optar por la aceptación a beneficio de inventario si temes que existan deudas asociadas.
¿Qué pasa si la vivienda heredada tiene una hipoteca?
El heredero asume la deuda pendiente si acepta la herencia. En ese caso, puede seguir pagando el préstamo, renegociarlo con el banco o vender el inmueble para cancelar la hipoteca. La deuda no desaparece con el fallecimiento del titular.
¿Cómo se reparte una vivienda heredada entre varios herederos?
La vivienda puede adjudicarse a uno solo compensando al resto económicamente, venderse y repartir el importe, o establecer una copropiedad. Si no hay acuerdo, se puede acudir al juzgado para solicitar la división judicial de la herencia.
Estas respuestas abarcan las inquietudes más comunes, pero cada caso puede tener particularidades que requieran un análisis personalizado. Ante cualquier duda específica, es recomendable acudir a un abogado especializado en derecho sucesorio.
Conclusión
Heredar una vivienda es una situación que combina aspectos legales, fiscales, emocionales y prácticos. Aunque muchas veces se percibe como un beneficio directo, lo cierto es que aceptar una herencia conlleva responsabilidades que deben analizarse con detenimiento. Desde la aceptación o renuncia, pasando por el reparto entre herederos, la gestión de hipotecas o alquileres vigentes, hasta la tributación adecuada, cada paso requiere planificación y conocimiento.
Como hemos visto a lo largo del artículo, es fundamental tener una visión integral del proceso sucesorio. No se trata únicamente de adquirir una propiedad, sino de entender el impacto que puede tener en tu situación patrimonial y fiscal. En muchos casos, una herencia mal gestionada puede generar más problemas que beneficios, especialmente si existen desacuerdos familiares, deudas ocultas o falta de asesoramiento especializado.
Recuerda: Ante cualquier duda, lo más recomendable es contar con el apoyo de profesionales en derecho sucesorio, fiscalidad y gestión inmobiliaria. Tomar decisiones informadas evitará errores costosos y facilitará una transición más ordenada del patrimonio.
En definitiva, si has heredado una vivienda o prevés hacerlo en el futuro, no te dejes llevar únicamente por la emoción o la urgencia. Evalúa todas las variables, solicita la información necesaria y actúa con prudencia. Ya sea para conservar la propiedad, venderla, alquilarla o incluso renunciar a ella, lo importante es que tu elección esté basada en un análisis riguroso de las circunstancias personales, familiares y económicas.
La herencia de una vivienda puede convertirse en una oportunidad valiosa si se gestiona correctamente. Con una buena planificación y el asesoramiento adecuado, es posible transformar una situación compleja en una decisión estratégica beneficiosa a medio y largo plazo.
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