Pasos para realizar un desahucio legal

Pasos para realizar un desahucio legal

Publicado el 13 de junio de 2025


📖 Tiempo estimado de lectura: 20 min

Introducción al desahucio

El desahucio es un procedimiento legal mediante el cual un propietario puede recuperar la posesión de un inmueble cuando el inquilino incumple alguna de las obligaciones contractuales, siendo la más habitual el impago del alquiler. Este proceso está regulado por la Ley de Enjuiciamiento Civil en España y constituye una herramienta fundamental para salvaguardar los derechos de los arrendadores en situaciones conflictivas. Sin embargo, se trata de una acción que debe llevarse a cabo con pleno respeto al marco normativo, ya que cualquier irregularidad puede suponer la nulidad del procedimiento o retrasos significativos.

Antes de iniciar un proceso de desahucio, es fundamental comprender qué lo motiva y cuáles son sus implicaciones legales y prácticas. El desahucio no solo implica la salida del inquilino del inmueble, sino que puede acarrear reclamaciones económicas por daños, alquileres impagados u otros perjuicios sufridos por el propietario. Por tanto, es un proceso que debe afrontarse con asesoramiento jurídico especializado para garantizar su eficacia y reducir riesgos.

Importante: El desahucio nunca debe realizarse de forma unilateral ni por medios de hecho, como cambiar la cerradura o retirar las pertenencias del inquilino. Estas prácticas pueden constituir delitos de coacciones o allanamiento de morada.

La legislación contempla distintos tipos de desahucio según la causa que lo motive. Los más comunes son:

  • Desahucio por impago de la renta.
  • Desahucio por expiración del contrato o falta de renovación.
  • Desahucio por incumplimiento de otras cláusulas contractuales (subarriendo no autorizado, daños al inmueble, etc.).

Comprender las bases del desahucio y su función dentro del derecho inmobiliario permite al arrendador tomar decisiones informadas desde el inicio. Asimismo, ayuda a prevenir errores comunes que pueden dilatar el proceso y generar frustración o pérdidas económicas. Esta guía detallada ofrece una visión estructurada de cada etapa del proceso, desde los requisitos iniciales hasta la ejecución judicial del desahucio.

Motivos legales para desahuciar

El desahucio es un procedimiento que debe estar sustentado en causas legales concretas y tipificadas en la normativa vigente. No cualquier motivo justifica la expulsión de un inquilino de un inmueble arrendado, por lo que es esencial conocer con precisión las razones que la ley contempla para iniciar este tipo de acción judicial. Los tribunales exigen pruebas claras del incumplimiento para poder autorizar el lanzamiento del arrendatario, de modo que cualquier error puede traducirse en un sobreseimiento o retraso del procedimiento.

Entre los principales motivos legales para solicitar un desahucio, destacan los siguientes:

  • Impago de la renta o suministros: Es la causa más habitual. Si el inquilino no abona el alquiler en los plazos pactados, el propietario puede iniciar el proceso de desahucio.
  • Finalización del contrato sin abandonar el inmueble: Cuando el contrato expira y el inquilino no entrega la vivienda ni formaliza una prórroga.
  • Subarriendo o cesión no autorizados: Si el arrendatario cede el uso del inmueble a terceros sin el consentimiento expreso del propietario.
  • Daños intencionados a la propiedad: Cuando el inquilino deteriora el inmueble de manera grave o realiza obras sin permiso.
  • Uso indebido de la vivienda: Utilizar la propiedad para fines distintos a los pactados (por ejemplo, fines comerciales o actividades ilícitas).
  • Molestias reiteradas: Quejas constantes de vecinos por ruidos, conductas agresivas o convivencia problemática.

Nota clave: Antes de iniciar un desahucio, es recomendable enviar un requerimiento previo al inquilino informando del incumplimiento y ofreciendo un plazo para corregirlo, especialmente en casos de impago. Esto puede agilizar el proceso si se llega a juicio.

Es importante señalar que, aunque el desahucio sea legalmente viable, los jueces valorarán la proporcionalidad del motivo y el cumplimiento de los procedimientos legales. Además, en algunos casos, los inquilinos pueden acogerse a medidas de protección si se encuentran en situación de vulnerabilidad, lo cual puede suspender o demorar el desahucio. Por ello, contar con asesoría jurídica adecuada desde el primer momento es fundamental para evitar errores de forma que puedan perjudicar al arrendador y prolongar innecesariamente el procedimiento judicial.

Requisitos previos al desahucio

Antes de iniciar un procedimiento de desahucio, es fundamental cumplir una serie de requisitos legales y documentales que permitan sustentar la demanda de manera sólida ante los tribunales. La preparación previa no solo garantiza que el proceso sea ágil y conforme a derecho, sino que evita errores formales que podrían resultar en la inadmisión de la demanda o en retrasos innecesarios.

A continuación, se detallan los principales requisitos previos que un arrendador debe tener en cuenta antes de presentar una demanda de desahucio:

  • Existencia de un contrato de arrendamiento válido: Debe existir un contrato por escrito que regule la relación entre las partes, preferiblemente firmado y con cláusulas claras sobre las obligaciones del inquilino.
  • Incumplimiento fehaciente por parte del inquilino: Ya sea por impago de rentas, subarriendo no autorizado, daños al inmueble o cualquier otro motivo legal, debe poder acreditarse con documentación.
  • Requerimiento previo de pago o resolución: Aunque no siempre es obligatorio, enviar un burofax o comunicación fehaciente exigiendo el cumplimiento del contrato puede reforzar la posición del propietario en el procedimiento.
  • Preparación de pruebas documentales: Incluye recibos impagados, copia del contrato, comunicaciones previas y cualquier evidencia del incumplimiento.
  • Designación de abogado y procurador: En la mayoría de los casos será necesario contar con representación legal para iniciar el procedimiento judicial.

Consejo práctico: Asegúrate de conservar siempre una copia firmada del contrato de alquiler y de documentar adecuadamente cualquier incidencia con el arrendatario. Una buena organización documental facilita el éxito del proceso judicial.

Cumplir con estos requisitos es clave para iniciar el desahucio con garantías jurídicas. Además, tener una estrategia clara desde el inicio permite anticiparse a posibles objeciones del inquilino y preparar una demanda robusta. El incumplimiento de alguno de estos pasos puede llevar a la desestimación del caso o a la necesidad de subsanar errores que prolongan el proceso, aumentando los costes y el desgaste emocional del propietario.

Proceso judicial de desahucio

El proceso judicial de desahucio es el mecanismo legal que permite a un propietario recuperar la posesión de su inmueble cuando el arrendatario ha incumplido el contrato de arrendamiento. Este procedimiento se tramita principalmente a través del juicio verbal, regulado por la Ley de Enjuiciamiento Civil, y sigue una serie de etapas definidas que deben respetarse escrupulosamente para evitar demoras o nulidades.

Una vez cumplidos los requisitos previos, el arrendador puede iniciar formalmente la demanda. A continuación, se describen los pasos esenciales del proceso judicial:

  • Interposición de la demanda: El propietario, asistido por abogado y procurador, presenta la demanda ante el juzgado competente, incluyendo la solicitud de recuperación del inmueble y, si procede, la reclamación de rentas impagadas.
  • Admisión y requerimiento al inquilino: El juzgado admite la demanda y envía un requerimiento al inquilino, que tendrá un plazo de 10 días hábiles para pagar, abandonar el inmueble, o presentar alegaciones.
  • Fijación de fecha de juicio y lanzamiento: En la misma resolución de admisión se señala la fecha del juicio (si es necesario) y del lanzamiento, que se mantendrán salvo que el inquilino pague o presente oposición.
  • Juicio (si hay oposición): Si el arrendatario se opone a la demanda, se celebra un juicio verbal donde ambas partes exponen sus argumentos y presentan pruebas.
  • Sentencia y ejecución: Si se dicta sentencia favorable al arrendador o no hay oposición, se ejecuta el lanzamiento y se recupera la posesión del inmueble.

Dato clave: Si el inquilino no comparece ni paga, el proceso avanza automáticamente, sin necesidad de juicio, lo que permite recuperar la vivienda en un plazo más breve.

Es importante destacar que el proceso de desahucio ha sido agilizado en los últimos años para reducir los plazos judiciales. Sin embargo, pueden surgir demoras si el inquilino presenta recursos, alega situación de vulnerabilidad o si existen problemas en la notificación. Por ello, contar con un equipo jurídico especializado y con experiencia en procedimientos de desahucio es clave para minimizar los tiempos y asegurar que cada fase se desarrolle conforme a la legalidad.

Notificación al inquilino

La notificación al inquilino es una de las fases más cruciales dentro del proceso de desahucio, ya que garantiza que el arrendatario tiene conocimiento formal del inicio del procedimiento judicial en su contra. Este paso está regulado por la Ley de Enjuiciamiento Civil y debe cumplirse con todas las garantías procesales para evitar nulidades o suspensiones. La forma y el contenido de la notificación son aspectos determinantes para la validez del proceso.

El juzgado es el encargado de realizar esta notificación una vez se admite a trámite la demanda. En ella se incluye:

  • Una copia de la demanda de desahucio y reclamación de rentas (si procede).
  • El requerimiento al inquilino para que en un plazo de 10 días desaloje el inmueble, pague la deuda o presente oposición fundada.
  • La advertencia de que, si no responde dentro del plazo, se procederá directamente al lanzamiento en la fecha señalada.
  • La fecha concreta del juicio verbal (en caso de que el inquilino se oponga) y la del lanzamiento.

La notificación puede entregarse al inquilino en mano en su domicilio habitual, por correo certificado con acuse de recibo, o en su defecto, mediante edictos si no se le localiza tras varios intentos. Cada método tiene sus implicaciones legales, por lo que el juzgado sigue protocolos estrictos para garantizar que el derecho de defensa del arrendatario no se vea vulnerado.

Importante: Si el inquilino no recoge voluntariamente la notificación o se niega a firmarla, el acto de notificación sigue siendo válido siempre que el juzgado acredite que se ha intentado cumplir correctamente con el trámite.

Desde una perspectiva estratégica, la notificación al inquilino marca el inicio del conteo de plazos legales. Por ello, es fundamental que el arrendador esté atento a la comunicación del juzgado y mantenga contacto con su abogado para actuar con rapidez si el inquilino no responde o plantea una oposición. Un error o retraso en esta fase puede tener consecuencias importantes en los tiempos del proceso y en la recuperación efectiva de la vivienda.

Plazos legales y tiempos

Comprender los plazos legales y los tiempos estimados en un proceso de desahucio es clave para gestionar correctamente las expectativas del arrendador y planificar con antelación los pasos a seguir. Aunque el procedimiento ha sido simplificado en los últimos años, los tiempos pueden variar dependiendo de factores como la carga del juzgado, la oposición del inquilino o la correcta tramitación de la demanda.

A continuación se detallan los principales plazos legales contemplados en la normativa vigente:

  • Plazo de requerimiento al inquilino: Una vez notificado, el inquilino dispone de 10 días hábiles para pagar la deuda, desalojar el inmueble o presentar oposición.
  • Fijación de la vista y del lanzamiento: En la admisión de la demanda, el juzgado establece una fecha para el juicio (si hubiera oposición) y otra para el lanzamiento, que suele situarse entre 30 y 60 días después.
  • Tiempo estimado del procedimiento sin oposición: Si el inquilino no se opone ni paga, el procedimiento puede resolverse en un plazo de entre 2 y 3 meses.
  • Tiempo estimado con oposición: En caso de que el arrendatario presente alegaciones, el proceso puede extenderse entre 4 y 6 meses, o incluso más en función del calendario judicial.

A tener en cuenta: Los plazos indicados pueden ampliarse en situaciones excepcionales, como si el inquilino alega vulnerabilidad social, en cuyo caso los servicios sociales deben emitir un informe y podría suspenderse temporalmente el procedimiento.

Es recomendable que el arrendador actúe con diligencia desde el primer impago o incumplimiento, sin esperar a acumular demasiadas mensualidades pendientes. Cuanto antes se inicie el proceso, menor será el impacto económico y mayor la probabilidad de recuperar el inmueble en un plazo razonable. Asimismo, contar con representación legal desde el inicio contribuye a reducir errores de forma y agilizar la tramitación de cada fase judicial.

Costes y gastos asociados

Iniciar un procedimiento de desahucio conlleva una serie de costes que todo arrendador debe tener en cuenta antes de comenzar el proceso. Aunque se trata de un derecho legal del propietario, ejercitarlo supone asumir ciertos gastos tanto judiciales como extrajudiciales, que pueden variar en función de la complejidad del caso, la necesidad de asistencia letrada y la duración del procedimiento. Tener una previsión clara de los costes ayuda a valorar el impacto económico y a planificar mejor la estrategia legal.

A continuación, se detallan los principales gastos asociados al proceso de desahucio:

  • Honorarios de abogado y procurador: Su intervención es obligatoria en la mayoría de los procedimientos. Los costes pueden oscilar entre 500 € y 1.200 €, dependiendo del profesional y la complejidad del caso.
  • Gastos judiciales: Aunque los juicios verbales por desahucio están exentos de tasas judiciales para personas físicas, sí pueden generarse otros costes asociados, como notificaciones o diligencias de lanzamiento.
  • Coste del burofax o requerimiento previo: Enviar una notificación fehaciente al inquilino puede suponer entre 20 € y 60 €, especialmente si se realiza mediante burofax con acuse de recibo.
  • Desplazamiento y asistencia al acto del lanzamiento: En algunos casos, se requiere la presencia del propietario o de personal autorizado, lo que puede generar gastos de logística o contratación de cerrajero.
  • Daños materiales o limpieza posterior: Si el inquilino deja el inmueble en mal estado, pueden añadirse costes de reparación, pintura o vaciado, que en ocasiones superan los 500 €.

Consejo útil: Si el juez falla a favor del arrendador, en la mayoría de los casos se condena al inquilino al pago de las costas procesales. No obstante, la recuperación efectiva de estos importes dependerá de la solvencia del demandado.

Es recomendable solicitar un presupuesto cerrado a los profesionales legales antes de iniciar el proceso y valorar si existe cobertura de defensa jurídica en la póliza del seguro del hogar, lo cual podría reducir considerablemente los costes. Además, los propietarios deben tener en cuenta que, durante el tiempo que dura el procedimiento, no se perciben rentas, lo que representa un coste indirecto que también debe contemplarse en el análisis financiero del desahucio.

Alternativas al desahucio

Aunque el desahucio es un recurso legal válido para recuperar una vivienda en caso de incumplimiento del contrato de alquiler, no siempre es la opción más rápida, económica o efectiva. Existen alternativas que pueden evitar los costes judiciales, los largos plazos procesales y el desgaste emocional tanto para el arrendador como para el inquilino. Estas opciones permiten, en muchos casos, alcanzar acuerdos satisfactorios sin necesidad de acudir a los tribunales.

Las alternativas al desahucio pueden ser especialmente útiles cuando el conflicto aún no se ha agravado, o cuando el arrendatario está dispuesto a negociar una salida pactada. A continuación, se presentan las más habituales:

  • Negociación directa: Consiste en dialogar con el inquilino para llegar a un acuerdo amistoso, como un calendario de pagos, reducción temporal de la renta o un compromiso de salida voluntaria.
  • Acuerdo de resolución del contrato: Redactar un documento firmado por ambas partes en el que se pacta la entrega de llaves y la extinción del contrato sin penalización adicional.
  • Mediación extrajudicial: A través de servicios municipales o privados, un tercero imparcial facilita el entendimiento entre las partes, especialmente en casos de vulnerabilidad social o económica.
  • Compensación o condonación parcial de deuda: A veces puede ser más rentable condonar parte de la deuda a cambio de una salida pactada que iniciar un costoso procedimiento judicial con pocas garantías de cobro.
  • Seguro de impago de alquiler: Si se dispone de esta cobertura, la aseguradora asume la deuda y puede encargarse de los trámites para recuperar el inmueble.

Recomendación: Toda negociación debe quedar reflejada por escrito, firmada por ambas partes y, si es posible, con entrega de llaves y acta de estado del inmueble, para evitar futuros conflictos o reclamaciones.

Optar por una alternativa al desahucio no implica renunciar a los derechos del arrendador, sino explorar soluciones más rápidas, flexibles y económicas. En ocasiones, un enfoque colaborativo puede evitar meses de litigio y facilitar una resolución efectiva que beneficie a ambas partes. No obstante, si no se logra un acuerdo, el propietario siempre conserva la opción de acudir a la vía judicial con plenas garantías legales.

Recomendaciones legales

Enfrentar un procedimiento de desahucio requiere no solo conocer la normativa aplicable, sino también actuar con estrategia y asesoramiento adecuado para evitar errores que puedan complicar o alargar el proceso. Las siguientes recomendaciones legales están orientadas a arrendadores que desean proteger sus derechos y acelerar la recuperación de su propiedad ante situaciones de impago, uso indebido o incumplimiento contractual por parte del inquilino.

Para actuar con eficacia desde el primer momento, es importante seguir estos consejos clave:

  • Redactar contratos claros y completos: Asegúrate de que el contrato de arrendamiento especifique las obligaciones del inquilino, las consecuencias por impago y las cláusulas de resolución anticipada.
  • Documentar todos los pagos y comunicaciones: Guarda comprobantes de ingreso de rentas, burofaxes enviados, correos electrónicos y cualquier interacción relevante.
  • Actuar con rapidez ante el primer incumplimiento: No esperes a que la deuda se acumule. Un retraso en la reacción puede aumentar las pérdidas económicas y dificultar el desalojo.
  • Contar con asesoría jurídica especializada: Un abogado con experiencia en arrendamientos urbanos puede guiarte para optimizar los pasos del proceso y garantizar la validez legal de cada actuación.
  • Evitar soluciones extrajudiciales sin respaldo legal: Aunque las soluciones amistosas pueden ser útiles, todo acuerdo debe formalizarse por escrito y con respaldo legal para evitar futuras reclamaciones.

Advertencia legal: Nunca recurras a medios de hecho como cambiar cerraduras, cortar suministros o acceder a la vivienda sin orden judicial. Estas acciones son ilegales y pueden derivar en responsabilidades penales para el arrendador.

La prevención es la mejor herramienta para evitar conflictos en el arrendamiento. Por eso, además de tener un contrato bien redactado, es aconsejable hacer una revisión periódica del cumplimiento de las condiciones pactadas y actuar ante cualquier señal de incumplimiento. Aplicar estas recomendaciones legales puede marcar la diferencia entre un proceso largo y costoso o una resolución eficaz y ajustada a derecho.

Preguntas frecuentes

A continuación, respondemos algunas de las dudas más comunes que suelen plantearse los arrendadores y propietarios al enfrentarse a un procedimiento de desahucio. Conocer estas respuestas permite anticipar situaciones, tomar decisiones informadas y evitar errores que podrían ralentizar el proceso o generar problemas legales posteriores.

¿Cuánto tiempo tarda un desahucio por impago de alquiler?

El tiempo puede variar según la carga del juzgado y la colaboración del inquilino. Si no hay oposición, el procedimiento puede resolverse en unos 2 a 3 meses. Si el inquilino presenta alegaciones o recursos, el proceso podría alargarse hasta los 6 meses o más. Es importante actuar con rapidez desde el primer impago para evitar retrasos acumulativos.

¿Qué pasa si el inquilino no recoge la notificación del juzgado?

Si el inquilino evita recibir la notificación, el juzgado puede realizarla por edictos o dejar constancia del intento fallido. En estos casos, el proceso sigue adelante y se considera legalmente notificado. Es una estrategia común de dilación, pero no detiene el procedimiento si el juzgado acredita los intentos de notificación.

¿Puede el arrendador entrar en la vivienda por su cuenta?

No. Acceder a la vivienda sin orden judicial, aunque el inquilino haya dejado de pagar, es ilegal y puede considerarse allanamiento de morada. El desahucio debe seguir el cauce judicial y culminar con una diligencia de lanzamiento autorizada por el juez.

¿Qué ocurre si el inquilino paga antes del juicio?

Si es la primera vez que incurre en impago y abona todas las cantidades adeudadas antes del juicio (y no se ha hecho requerimiento previo), el proceso puede finalizar mediante el llamado "enervamiento", lo que impide el desahucio. En futuras ocasiones ya no podrá acogerse a esta opción.

Tip legal: Aunque muchas situaciones parezcan similares, cada caso tiene particularidades. Siempre es recomendable consultar a un abogado especializado antes de iniciar cualquier actuación.

Conclusión del proceso

El proceso de desahucio es una herramienta legal que permite al arrendador recuperar la posesión de su inmueble cuando se ha producido un incumplimiento contractual por parte del inquilino, especialmente en casos de impago de rentas. Aunque se trata de un procedimiento legalmente garantizado, no está exento de complejidades, trámites formales y plazos que deben cumplirse con rigor. Por ello, resulta imprescindible abordarlo con conocimiento, estrategia y, sobre todo, con el respaldo de asesoramiento jurídico profesional.

A lo largo de este artículo hemos recorrido todas las fases del procedimiento: desde la identificación de los motivos legales para desahuciar, pasando por los requisitos previos, la notificación formal, los plazos y tiempos estimados, hasta los costes asociados y las posibles alternativas al juicio. Cada una de estas etapas tiene implicaciones prácticas y jurídicas que pueden influir directamente en el éxito del proceso y en la recuperación del inmueble.

Resumen clave: El desahucio es un procedimiento que debe iniciarse con base legal sólida, evitando decisiones precipitadas o medidas de hecho que puedan resultar contraproducentes. La vía judicial, aunque no siempre rápida, garantiza la protección de los derechos del arrendador.

Como conclusión, si bien la figura del desahucio está diseñada para proteger a los propietarios, su eficacia depende en gran medida de la correcta preparación y ejecución del proceso. Actuar con diligencia, documentar cada paso, mantener la comunicación con el inquilino cuando sea posible y, sobre todo, contar con el respaldo de profesionales especializados, son factores determinantes para lograr una resolución favorable en el menor tiempo posible.

Finalmente, conviene recordar que cada caso es único y que, ante cualquier duda o situación particular, lo más prudente es acudir a un abogado experto en arrendamientos urbanos. Solo así se podrá garantizar que los derechos del arrendador se ejercen de forma legal, eficaz y con el menor coste emocional y económico posible.

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