
Qué hacer si el inquilino no paga suministros básicos
Publicado el 23 de agosto de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 10 min
Índice
- Evaluación inicial y verificación de la deuda
- Quién debe pagar los suministros según el contrato
- Comunicación formal: requerimiento de pago al inquilino
- Cómo actuar ante avisos de corte: luz, agua, gas e internet
- Vías legales: reclamación de cantidad y desahucio por impago
- Estrategias preventivas y cláusulas recomendadas en el contrato
- Gestión con comercializadoras y compañías de servicios
- Casos especiales: pisos compartidos, alquiler por habitaciones y subarriendos
- Preguntas frecuentes
Evaluación inicial y verificación de la deuda
Cuando el inquilino no paga suministros básicos, el primer paso es confirmar con precisión qué se debe, desde cuándo y a quién. Antes de actuar, recopila toda la documentación: contrato de arrendamiento, anexos sobre suministros, facturas impagadas, extractos de la comercializadora y cualquier comunicación previa. Esta verificación te permitirá diferenciar entre un retraso puntual y una conducta reiterada, y te ayudará a escoger la respuesta adecuada (amistosa, preventiva o legal). Además, determina si los suministros están a nombre del arrendador o del inquilino, porque eso cambia por completo el canal de reclamación y el riesgo de corte.
Realiza un cuadro-resumen con fechas de emisión, importes, vencimientos y penalizaciones. Si hay varias facturas, ordena la deuda por antigüedad y tipo de suministro (luz, agua, gas, internet). Contrasta los datos con el histórico de pagos: a veces existen abonos parciales, fraccionamientos o regularizaciones que el inquilino puede alegar. Si falta información, solicita duplicados a la compañía y pide al inquilino que facilite los justificantes de pago; un error de domiciliación o cambio de banco puede explicar una incidencia aislada.
Con la fotografía completa, valora el impacto: ¿hay aviso de corte inminente?, ¿la compañía reclama al titular del contrato?, ¿existe depósito de garantía o fianza que pueda responder? También sopesa la relación arrendador-inquilino: si la vivienda sigue ocupada y hay voluntad de permanencia, conviene priorizar acuerdos que eviten el corte y reencaucen los pagos. Cuando el impago de suministros se acumula con rentas atrasadas, incorpora ambos conceptos al mismo plan de acción, dejando por escrito los importes y plazos.
Paso práctico: crea una hoja de control con: número de contrato, titular del suministro, CUPS o código de contrato, periodos impagados, importes, fecha de último pago y estado del aviso de corte.
Quién debe pagar los suministros según el contrato
La regla práctica es sencilla: paga quien figura en el contrato de suministro, pero la obligación económica entre arrendador e inquilino la fija el contrato de alquiler. En la mayoría de arrendamientos de vivienda, el contrato establece que los consumos van a cargo del inquilino, ya sea con contratos a su nombre o con refacturación por parte del arrendador si el titular es el propietario. De ahí la importancia de revisar la cláusula específica de suministros: debe indicar con claridad quién asume los consumos, cómo se acreditan y en qué plazo se abonan.
Si el suministro está a nombre del arrendador, pero el contrato de alquiler asigna los consumos al inquilino, el propietario puede exigir el reembolso de las facturas impagadas y, además, gestionar un cambio de titularidad para que las futuras facturas se emitan directamente al inquilino. Esto reduce el riesgo de que la compañía reclame al propietario o que se acumulen deudas difíciles de trasladar. En cambio, si el suministro ya está a nombre del inquilino, el impago afectará a su relación con la comercializadora, aunque el corte de servicio repercuta en la vivienda.
Ten en cuenta posibles excepciones: en algunos municipios, el agua o la tasa de basuras pueden vincularse al inmueble y cargarse al propietario, salvo pacto. También en pisos compartidos o alquiler por habitaciones, el reparto interno puede establecerse por prorrata, pero ante la compañía el responsable es el titular del contrato. Para evitar confusiones, incluye en el contrato una cláusula de “prueba de pago” que obligue al inquilino a aportar las facturas abonadas trimestralmente, y prevé la posibilidad de suspender servicios complementarios (por ejemplo, internet a nombre del arrendador) ante impago reiterado.
- Cláusula clara: “los consumos ordinarios de luz, agua, gas e internet corren a cargo del inquilino”.
- Obligación de aportar justificantes en plazo (mensual o trimestral).
- Facultad de cambio de titularidad si el inquilino no regulariza.
Comunicación formal: requerimiento de pago al inquilino
Una vez confirmada la deuda de suministros, actúa por fases. Primero, intenta un contacto amistoso por teléfono o correo para comprender la causa (error, falta de liquidez, desacuerdo por consumo). Propón una regularización rápida: pago inmediato, fraccionamiento corto o asunción de un plan con fecha cierta. Si no hay respuesta o se incumple, procede con un requerimiento formal por escrito que deje constancia fehaciente: burofax, carta certificada o notificación electrónica pactada en contrato.
El requerimiento debe ser claro y medible. Identifica el suministro (empresa y número de contrato), periodos impagados, importes exactos y fecha límite para pagar o acreditar justificantes. Advierte, con tono profesional, de las consecuencias: posible acción de reclamación de cantidad, acumulación a rentas y, si procede, inicio de desahucio por impago. Añade un medio de pago ágil (transferencia con referencia, Bizum profesional si está habilitado) y un canal de confirmación. Evita amenazas desproporcionadas o cortar unilateralmente servicios esenciales si no te corresponde legalmente hacerlo, ya que podría considerarse perturbación de la posesión.
Checklist para tu requerimiento:
- Datos del arrendamiento y del suministro (CUPS/Nº contrato).
- Detalle de facturas: importe, periodo, vencimiento.
- Plazo final de pago (por ejemplo, 7–10 días hábiles).
- Método de pago y obligación de enviar justificante.
- Advertencia de acciones legales y costes si no se regulariza.
Guarda el acuse de recibo y toda la trazabilidad. Si el inquilino propone un calendario razonable, formalízalo por escrito con importes, fechas y penalización por incumplimiento. Un acuerdo cerrado bien documentado puede ahorrarte tiempo, honorarios y el riesgo de un corte que perjudique el inmueble (por ejemplo, falta de calefacción en invierno o humedad por no mantener un mínimo de ventilación).
Cómo actuar ante avisos de corte: luz, agua, gas e internet
Si recibes un aviso de corte, actúa con rapidez. Verifica quién es el titular ante la compañía y el estado real de la orden: a veces el aviso es preventivo y puede detenerse con un compromiso de pago, aval o cambio de titularidad. Si el suministro está a nombre del arrendador y la vivienda está ocupada, valora si compensa asumir temporalmente el pago para evitar el corte, y repercutir el importe al inquilino. Documenta cada decisión, porque después deberás reclamar esos importes y, si procede, intereses o gastos de reconexión.
Para luz y gas, solicita a la comercializadora un plan de regularización o fraccionamiento inmediato. Si el impago es del inquilino titular, pídele que contacte con la compañía para detener el corte y que te remita el comprobante. En agua, muchas entidades permiten fraccionar sin intereses si se solicita antes de la fecha límite. Internet suele ser prescindible, pero si forma parte de servicios incluidos por el arrendador (p. ej., vivienda amueblada con fibra), incorpora una cláusula que autorice la suspensión del servicio no esencial ante impago de refacturación.
- Detener el corte: presenta justificante de pago, solicitud de fraccionamiento o cambio de titular en trámite.
- Después del corte: guarda costes de reconexión; podrás reclamarlos al deudor.
- Daños colaterales: si el corte provoca perjuicios (electrodomésticos, caldera), recoge evidencias por si corresponde exigir responsabilidad.
Consejo: cuando el impago es reiterado, tramita el cambio de titularidad de suministros al inquilino (con su aceptación o conforme a contrato) para cortar la cadena de riesgos y comunicaciones al propietario.
Vías legales: reclamación de cantidad y desahucio por impago
Si el inquilino no paga suministros básicos de forma persistente y no atiende requerimientos, puedes iniciar dos líneas: reclamación de cantidad por las facturas y, si además hay rentas impagadas o se prevé continuidad del incumplimiento, un procedimiento de desahucio por impago acumulando la deuda. En viviendas, la vía de desahucio es ágil y permite recuperar el inmueble; en locales, puede modularse según el contrato. La clave es contar con pruebas claras: contrato, anexo de suministros, facturas abonadas por el propietario o impagadas por el inquilino, requerimientos y acuses de recibo.
Antes de demandar, valora una negociación final (pago voluntario, desocupación pactada, entrega de llaves con condonación parcial). Si no prospera, tu abogado preparará la demanda con liquidación detallada de la deuda y, en su caso, reclamación de intereses y costas. La acumulación de suministros impagados en la demanda ayuda a cerrar el litigio de una vez, evitando procedimientos paralelos. Recuerda que la suspensión unilateral de servicios por el arrendador puede acarrear responsabilidades si se vulneran derechos del inquilino; siempre actúa por vías formales.
Documentación esencial:
- Contrato de alquiler y cláusulas de suministros.
- Facturas y justificantes de pago o impago.
- Requerimientos formales y comunicaciones.
- Certificaciones de la compañía (deuda, cortes, reconexiones).
Tras la sentencia o acuerdo, ejecuta el cobro con embargos si procede. Paralelamente, revisa tus procesos para que no se repita: cambio de titular, depósitos adicionales, verificación mensual de justificantes y alertas automáticas. La prevención reduce litigios y protege la rentabilidad del alquiler.
Estrategias preventivas y cláusulas recomendadas en el contrato
La mejor respuesta al impago de suministros es anticiparse con un contrato bien diseñado. Incluye una cláusula específica que asigne con nitidez los consumos al inquilino, establezca la obligación de entregar justificantes de pago de forma periódica y habilite el cambio de titularidad si hay dos impagos consecutivos o un aviso de corte. Añade una previsión de refacturación cuando el suministro quede a nombre del arrendador, con derecho de repercusión inmediata y penalización por gestión administrativa.
Refuerza las garantías: además de la fianza legal, contempla un depósito adicional para suministros (reembolsable a la entrega de justificantes finales y certificados de no deuda), o un aval bancario en contratos de larga duración. Plantea la posibilidad de domiciliación obligatoria y autorización expresa para consultar con la compañía el estado de pagos y deudas asociadas al punto de suministro. En alojamientos con internet incluido, regula que el servicio es complementario y puede suspenderse si el inquilino incumple la obligación de reembolsar consumos a cargo del arrendador.
- Entrega trimestral de justificantes y última factura pagada al finalizar el contrato.
- Obligación de comunicar cambios de cuenta bancaria con 7 días de antelación.
- Derecho a cambio de titular tras impagos o ante aviso de corte.
- Depósito específico para suministros y liquidación final con lectura de contadores.
Tip de redacción: evita cláusulas vagas (“el inquilino se hará cargo de los suministros”) y opta por textos operativos con supuestos, plazos y consecuencias concretas. Eso reduce discusiones y te facilita probar el incumplimiento.
Gestión con comercializadoras y compañías de servicios
Tratar con comercializadoras requiere orden y constancia. Mantén a mano los datos esenciales: titular, NIF, dirección del suministro, número de contrato y CUPS en electricidad o gas. Pide un listado actualizado de deuda, el estado del expediente de corte y las opciones de regularización. Si el titular es el inquilino y no colabora, recuerda que por protección de datos la compañía puede no facilitarte información; en estos casos, el contrato de alquiler y una autorización previa del inquilino ayudan, o bien enfoca tu acción en requerimientos y, llegado el caso, en la vía legal.
Para evitar sorpresas, configura alertas de consumo y de impago cuando seas titular. Muchas compañías ofrecen notificaciones por email o SMS que te permiten reaccionar antes de la fecha de corte. Si decides asumir un pago para salvaguardar la integridad del inmueble (por ejemplo, calefacción en invierno), deja constancia expresa de que se trata de un “pago por cuenta de tercero” con derecho de repetición contra el inquilino. Conserva justificantes, números de incidencia y nombres de los operadores con los que hablas.
- Solicita fraccionamientos y evita intereses innecesarios.
- Gestiona el cambio de titular de inmediato tras impagos reiterados.
- Negocia tarifas o potencias adecuadas para evitar sobrecostes.
Buenas prácticas: registra cada gestión en un libro de incidencias (fecha, canal, contenido de la llamada, acuerdos). Esa trazabilidad te dará ventaja si necesitas reclamar gastos o acreditar diligencia ante un juez.
Casos especiales: pisos compartidos, alquiler por habitaciones y subarriendos
En pisos compartidos y alquiler por habitaciones, los conflictos por suministros se multiplican. Define desde el inicio si hay un único contrato con varios inquilinos (responsabilidad solidaria) o contratos independientes por habitación. Con contrato único, resulta más sencillo repercutir la deuda total al conjunto de inquilinos; con contratos por habitación, especifica el sistema de reparto (prorrata fija, por habitación, por personas) y quién gestiona los pagos. Si un inquilino no paga su parte, establece mecanismos automáticos de regularización, como descontar del depósito individual o aplicar recargos.
En subarriendos o cesiones, verifica la autorización contractual. Si el inquilino principal subarrienda sin regularizar suministros, la compañía seguirá reclamando al titular. Incluye prohibiciones claras o, si lo permites, exige que los subarrendatarios se adhieran por escrito a las obligaciones de suministros y aporten garantías. En viviendas con servicios incluidos (por ejemplo, internet o agua caliente central), fija límites razonables de consumo y un sistema de regularización anual si se superan, para evitar que comportamientos individuales dispare los costes del propietario.
- Responsabilidad solidaria en contratos conjuntos para reducir mora.
- Lecturas mensuales y hoja de reparto firmada por todos los ocupantes.
- Depósitos individuales y penalizaciones por impagos recurrentes.
Idea operativa: usa una cuenta intermedia destinada solo a suministros y comparte el extracto mensual con los inquilinos. La transparencia reduce disputas y acelera la detección de impagos.
Preguntas frecuentes
¿Puedo cortar yo mismo la luz o el agua si el inquilino no paga? No. El corte unilateral por parte del arrendador puede considerarse perturbación ilegítima de la posesión y generar responsabilidad. Utiliza requerimientos formales y, si procede, vías legales. Coordínate con la compañía para frenar cortes por impago, pero no ejecutes medidas de hecho.
El suministro está a mi nombre, pero el inquilino debía reembolsar. ¿Qué hago? Paga para evitar el corte si es necesario, dejando constancia de “pago por cuenta de tercero”, y reclama el importe al inquilino mediante requerimiento. Gestiona de inmediato el cambio de titularidad y refuerza las garantías contractuales para el futuro.
¿Puedo incluir los suministros impagados en una demanda de desahucio? Sí, puedes acumularlos a la deuda de rentas si el contrato asigna esos consumos al inquilino. Tu abogado preparará la liquidación detallada con facturas, requerimientos y prueba del impago. Valora también la reclamación de cantidad si no hay rentas atrasadas pero sí suministros impagados.
¿Cómo evito que se repita? Contrato claro, titularidad de suministros a nombre del inquilino, depósito específico, obligación de justificar pagos, alertas con la compañía y cambios de titularidad automáticos tras impagos. En pisos compartidos, establece responsabilidad solidaria o mecanismos de reparto verificables.
¿La fianza cubre deudas de suministros? Puede aplicarse a deudas una vez finalizado el contrato y comprobadas las últimas facturas. Lo ideal es un depósito adicional específico para suministros y solicitar certificados de no deuda al cierre, junto con la lectura final de contadores.