
Pasos legales ante fraude en contrato de alquiler
Publicado el 07 de octubre de 2025
📖 Tiempo estimado de lectura: 9 min
Índice
- Qué se considera fraude en contrato de alquiler
- Señales de alerta y primeras verificaciones
- Cómo reunir y conservar pruebas
- Comunicar al arrendador: pasos y tono
- Burofax de requerimiento y plazos
- Vías penales y administrativas
- Vía civil: resolución, indemnización y desahucio
- Medidas urgentes: cautelares y consumo
- Recuperar fianza y rentas indebidamente cobradas
- Preguntas frecuentes
Qué se considera fraude en contrato de alquiler
El fraude en contrato de alquiler engloba conductas engañosas o ilícitas que afectan a la formación, ejecución o finalización del arrendamiento. Puede darse por parte del arrendador o del inquilino y suele generar perjuicios económicos, pérdida de derechos o inseguridad jurídica. Entre los supuestos habituales destacan la suplantación de identidad del propietario, el alquiler de viviendas sin título habilitante, cláusulas abusivas que vulneran la normativa de arrendamientos urbanos, cobros duplicados o conceptos inexistentes, manipulación de contadores, fianzas no depositadas o no devueltas injustificadamente, así como la ocultación de cargas o vicios graves de la vivienda que impiden su uso conforme a lo pactado.
Para encuadrar un hecho como fraude no basta con una mera discrepancia contractual: debe existir dolo, engaño, ocultación relevante o incumplimientos graves contrarios a la ley o al contrato. El “error de buena fe” o la simple descoordinación no siempre implican fraude, aunque sí puedan generar un conflicto contractual. Por ello, el primer paso consiste en analizar el contrato, los anexos, los justificantes de pago y las comunicaciones previas para identificar si hay desajustes objetivos (por ejemplo, superficie o suministros prometidos y no prestados), cláusulas nulas (penalizaciones desproporcionadas) o cobros no amparados en el acuerdo.
Idea clave: calificar una conducta como fraudulenta exige constatar el engaño y el perjuicio. Cuanto mejor documentes las promesas, pagos y exigencias, más claro quedará si estás ante un fraude en el contrato de alquiler o frente a un simple incumplimiento negociable.
- Cláusulas contrarias a la ley o abusivas.
- Propietario o intermediario sin legitimación.
- Pagos exigidos sin respaldo contractual o legal.
- Omisión de información esencial (p. ej., inhabitabilidad).
Señales de alerta y primeras verificaciones
Detectar a tiempo las señales de alerta reduce el daño y acelera tu respuesta. Si el supuesto propietario rehúsa mostrar su identificación o escritura, si exige el pago íntegro en efectivo sin recibo, si presiona para firmar “deprisa” evitando que revises el contrato, o si incorpora cláusulas que renuncian a derechos irrenunciables, estás ante indicios claros de riesgo. También lo es la negativa a entregar copia firmada del contrato, el requerimiento de fianzas extra sin base legal, la ausencia de depósito de la fianza en el organismo autonómico correspondiente o el desvío de pagos a cuentas personales “de terceros”.
Como primeras verificaciones, solicita documentos que acrediten la titularidad (nota simple registral), identidad y, si hay intermediación, la autorización del propietario. Contrasta que los datos del contrato coinciden con la vivienda real (dirección, referencia catastral, superficie). Revisa si la fianza legal ha sido depositada en plazo. Comprueba el estado de suministros y contadores para evitar asumir deudas previas. Analiza cada cláusula a la luz de la normativa aplicable y detecta cualquier cargo no pactado: seguros obligatorios no legales, comisiones ajenas al servicio o penalizaciones desproporcionadas por retrasos mínimos.
Checklist rápido: identidad y titularidad, contrato completo y firmado por ambas partes, fianza depositada, recibos y facturas nominativas, estado de la vivienda documentado con fotos/acta de entrega, y canal de comunicación trazable (correo, burofax).
- Evita pagos sin recibo o por vías no trazables.
- Conserva anuncios y mensajes que describen la vivienda.
- Pregunta por reparaciones pendientes y sus plazos.
- Verifica si hay licencias o restricciones de uso.
Cómo reunir y conservar pruebas
Un caso de fraude en contrato de alquiler se gana con pruebas organizadas y verificables. Empieza por recopilar el contrato y cada anexo, los justificantes bancarios (transferencias, bizum con concepto, recibos domiciliados), correos electrónicos, mensajes y cualquier documento emitido por la administración (depósito de fianza, inspecciones, partes). Haz capturas y exporta conversaciones a PDF para preservar metadatos. Guarda el anuncio original del inmueble (pantallazo con fecha) y, si procede, fotografías o vídeos del estado real de la vivienda el día de la entrega de llaves y en fechas posteriores.
Si existen vicios que afectan a la habitabilidad (humedades severas, plagas, instalaciones defectuosas), solicita informes técnicos o partes de mantenimiento. En averías graves, llama a servicios oficiales para que dejen constancia de la falta de seguridad o del incumplimiento del deber de conservación. Es recomendable llevar un registro cronológico: fecha del hallazgo, comunicación al arrendador, respuesta recibida y acciones realizadas. Este “diario” simplifica la explicación de los hechos y enlaza cada prueba con un hito temporal.
Consejo probatorio: prioriza documentos emitidos por terceros neutrales (bancos, organismos públicos, técnicos) y comunicaciones formales (burofax, correos con acuse). Disminuye todo lo que dependa solo de tu palabra.
- Contrato y anexos firmados en PDF.
- Pruebas de pago con concepto identificable.
- Capturas de anuncio y descripciones originales.
- Informes técnicos y fotográficos fechados.
Comunicar al arrendador: pasos y tono
Antes de escalar, intenta una comunicación clara, educada y documentada. Expón los hechos de modo objetivo, cita las cláusulas afectadas y solicita una solución concreta con plazo. Evita descalificaciones y deja constancia por un canal trazable. En muchos conflictos, una respuesta rápida y profesional del arrendador evita la vía judicial. Si sospechas de suplantación o intermediación irregular, pide acreditar legitimación y títulos; si se niega, advierte que, de persistir la opacidad, formalizarás requerimiento.
Al redactar tu mensaje inicial, estructura en tres bloques: (1) Hechos y documentos adjuntos; (2) Incumplimientos o fraudes detectados; (3) Petición y plazo razonable (7–15 días). Finaliza indicando que, en defecto de solución, procederás mediante burofax y, llegado el caso, por vía administrativa, penal o civil para proteger tus derechos y recuperar daños.
Modelo de cierre: “Quedo a la espera de su propuesta de solución antes del [fecha]. De no recibir respuesta, remitiré burofax de requerimiento y defenderé mis derechos por las vías oportunas.”
- Usa asunto claro: “Requerimiento por incumplimientos contrato de alquiler”.
- Anexa pruebas numeradas y referenciadas en el texto.
- Evita llamadas informales sin respaldo escrito.
- Registra la lectura/acuse cuando sea posible.
Burofax de requerimiento y plazos
El burofax con certificación de texto y acuse de recibo es la vía idónea para requerir formalmente y fijar plazos. Debe identificar a las partes, el contrato y el inmueble, describir de forma cronológica los hechos y los daños, citar las cláusulas y normas vulneradas, y exigir la acción concreta: subsanar, devolver cantidades, cesar cobros indebidos, autorizar reparaciones, o resolver el contrato sin penalización. Establece un plazo de cumplimiento y advierte que, de no atenderse, iniciarás acciones legales. Adjunta copias de pruebas clave y menciona que dispones del resto a efectos procesales.
Escoge plazos realistas según el tipo de incumplimiento: para cesar cobros indebidos, 5–7 días son razonables; para obras o reparaciones, 10–15 días con calendario. Si hay riesgos para la salud o seguridad, expresa la urgencia y valora comunicar también a consumo o a la autoridad competente. El envío del burofax interrumpe ciertos plazos de prescripción y muestra tu diligencia, lo que será valorado por un juez. Conserva el resguardo, el contenido certificado y el acuse: serán piezas centrales si el conflicto escala.
Puntos imprescindibles: identificación, hechos, base legal/contractual, exigencia concreta, plazo y advertencia de acciones. Evita juicios de valor y céntrate en verificables.
- Incluye número de contrato y fecha de firma.
- Numera anexos: pagos, fotos, informes.
- Firma legible y datos de contacto.
- Guarda copia íntegra del envío.
Vías penales y administrativas
Cuando el engaño es intencional y relevante (suplantación de propietario, estafa en cobros, falsificación de documentos, alquiler de vivienda inexistente o ajena), la vía penal puede ser procedente. Presenta denuncia aportando toda la documentación recopilada: capturas del anuncio, transferencias, conversaciones y cualquier constatación técnica. Describe el perjuicio económico y solicita medidas para evitar nuevas víctimas (p. ej., retirada de anuncios). Si el conflicto se circunscribe a cláusulas abusivas, falta de depósito de fianza o incumplimientos de información al consumidor, la vía administrativa —oficinas de consumo, autoridades de vivienda— puede imponer sanciones y facilitar mediaciones.
Ambas vías no excluyen la civil, donde reclamarás cantidades o la resolución del contrato, pero elegir el orden y el enfoque exige valorar tiempos, coste y probabilidad de éxito. La vía penal puede dilatarse y no siempre garantiza recuperar el dinero con rapidez; su valor disuasorio y probatorio es alto cuando hay engaño estructurado. En consumo, las hojas de reclamaciones, el arbitraje y los expedientes sancionadores ayudan a presionar al arrendador profesional que aplica prácticas abusivas.
Estrategia: si hay indicios claros de estafa (identidad falsa, inmuebles “fantasma”, cobros por adelantado sin entrega), prioriza denuncia penal; si el problema es abusivo pero real (cláusulas nulas, fianza retenida), combina consumo y vía civil.
Vía civil: resolución, indemnización y desahucio
En el ámbito civil reclamarás la resolución del contrato por incumplimiento grave o fraude, la devolución de cantidades (fianza, rentas indebidamente cobradas, suministros no prestados) y, cuando proceda, una indemnización por daños y perjuicios (gastos de traslado, pérdida de uso, daños en enseres). Si eres arrendador y has sido víctima de fraude del inquilino (subarriendos no autorizados, impagos dolosos, daños intencionados), puedes solicitar desahucio y reclamación de rentas. La clave está en vincular cada pretensión con pruebas sólidas y un relato cronológico coherente.
Antes de demandar, agota el requerimiento fehaciente (burofax) y valora la mediación. En la demanda, delimita con precisión qué cláusulas se han vulnerado y qué norma declara nulas aquellas previsiones abusivas (p. ej., penalizaciones desproporcionadas o renuncias a derechos básicos). Solicita, si procede, medidas cautelares (prohibición de disponer de la fianza, consignación judicial de rentas discutidas) para evitar que el conflicto pierda objeto durante el proceso. Calcula los daños de forma trazable: facturas, presupuestos, informes técnicos y justificantes bancarios.
Tip procesal: acompaña un índice de documentos y enumera cada prueba en el mismo orden del relato de hechos. Esto facilita al juzgado entender el caso y aumenta la persuasión.
- Acción de resolución y restitución de prestaciones.
- Nulidad de cláusulas abusivas y devolución de cobros.
- Daños morales o pérdida de oportunidad, si se acreditan.
- Desahucio por incumplimientos graves del inquilino.
Medidas urgentes: cautelares y consumo
Ante un fraude en contrato de alquiler que amenaza tu seguridad o patrimonio, actúa de inmediato. Si hay riesgos para la salud (inhabitabilidad por humedades, gases, electricidad defectuosa), documenta con informes y valora la resolución inmediata con comunicación fehaciente. Considera medidas cautelares en sede civil para inmovilizar la fianza o evitar cambios que frustren tu derecho. En paralelamente, recurre a la vía de consumo para imponerse sanciones o forzar una mediación rápida con arrendadores profesionales, administradores de fincas o plataformas intermedias.
Cuando la controversia afecta a suministros básicos (agua, luz, gas) prometidos y no habilitados, exige su activación o compensación por perjuicios. Si se trata de estafas de captación (pagos por reservas de inmuebles inexistentes), reactiva el circuito financiero: inicia devolución de transferencias cuando sea posible, alerta a la entidad bancaria y presenta denuncia para congelar fondos. Pide ayuda a asociaciones de consumidores y servicios municipales de vivienda; pueden emitir informes que refuerzan tu posición en juicio o negociación.
Actuación exprés: documenta, requiere por burofax, activa los canales de consumo y, si hay peligro o fraude evidente, presenta denuncia y pide cautelares. El tiempo es decisivo.
Recuperar fianza y rentas indebidamente cobradas
La fianza no es un “extra” del arrendador: es una garantía legal con reglas claras. Si, finalizado el contrato o resuelto por fraude, el arrendador no devuelve la fianza sin causa (daños reales y acreditados, rentas pendientes, etc.), inicia un requerimiento fehaciente reclamando la devolución íntegra más intereses. Aporta el acta o inventario de entrega del inmueble, fotografías del buen estado y los justificantes de pago. Si no hay respuesta, demanda la devolución y, si corresponde, solicita la imposición de costas por resistencia injustificada.
Respecto de rentas o conceptos cobrados sin base (comisiones, seguros “obligatorios”, gastos no pactados), exige la restitución. En tu cálculo, separa los importes que sí corresponden (uso efectivo del inmueble hasta la resolución) de los que no. Si has tenido que abandonar la vivienda por inhabitabilidad demostrada, añade los gastos derivados (hotel temporal, mudanza, nueva fianza) con sus facturas. Una hoja de cálculo clara y respaldada con documentos acelera acuerdos y facilita sentencias favorables.
Recomendación práctica: cuando haya controversia sobre el pago de rentas durante el litigio, consulta la posibilidad de consignar judicialmente para evitar mora y proteger tu posición.
- Requerimiento previo y cálculo detallado.
- Pruebas de estado del inmueble al devolverlo.
- Facturas de gastos asociados por el fraude.
- Solicitud de intereses y costas cuando proceda.
Preguntas frecuentes
¿Cómo distingo un fraude de un simple incumplimiento? Si hay engaño deliberado, suplantación, cobros sin respaldo o ocultación relevante que te induce a contratar o pagar, probablemente es fraude. Si es un retraso o descoordinación con voluntad de subsanar, suele ser incumplimiento.
¿Es obligatorio enviar burofax antes de denunciar? No, pero es altamente recomendable: fija postura, plazos y prueba tu diligencia. En muchos casos desbloquea soluciones sin juicio.
¿Puedo resolver el contrato por inhabitabilidad? Si la vivienda no reúne condiciones básicas y el arrendador no subsana tras requerimiento, puedes pedir resolución y restitución de cantidades, aportando informes y pruebas.
¿Qué hago si pagué por un piso inexistente? Reúne pruebas (anuncio, transferencias, chats) y denuncia por estafa de inmediato. Solicita a tu banco la retrocesión si es viable y alerta a la plataforma donde lo viste.
¿Cuándo reclamo la fianza? Tras la entrega del inmueble y llaves. Si no la devuelven en un plazo razonable y no hay daños acreditados, envía burofax y reclama judicialmente con intereses.
- Documenta todo desde el primer día.
- Usa canales trazables y plazos claros.
- Combina vías: consumo, civil y, si procede, penal.
- Calcula y prueba cada euro reclamado.