Cómo actuar si el inquilino abandona sin entregar piso

Cómo actuar si el inquilino abandona sin entregar piso

Publicado el 09 de noviembre de 2025


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Cómo identificar el abandono real del piso

Cuando un inquilino abandona sin entregar piso, el principal reto del propietario es distinguir entre una simple ausencia y un abandono efectivo de la vivienda. Una actuación precipitada —por ejemplo, entrar y cambiar la cerradura sin base— puede acarrear conflictos e incluso responsabilidades. Por eso conviene reunir indicios sólidos y verificables que, en conjunto, permitan acreditar el abandono. Entre los indicios más habituales se encuentran la ausencia prolongada de ocupantes, la devolución de correspondencia, la baja de suministros por impago o por solicitud del propio arrendatario, la falta de enseres personales, y mensajes o comunicaciones en los que el inquilino manifieste la intención de marcharse. Cada indicio por sí mismo no siempre basta; el objetivo es formar un cuadro global coherente.

Empiece por un registro cronológico. Anote fechas de los últimos pagos de renta, conversaciones, llamadas no atendidas, y cualquier notificación enviada. Reúna pruebas neutrales y fácilmente auditables: fotografías del buzón con correo acumulado, mensajes escritos (WhatsApp, email) en los que el inquilino reconoce la marcha, avisos del administrador de fincas, y testimonio de vecinos sobre la desocupación continuada. Si dispone de conserje o portería, solicite un parte de incidencias donde conste la inactividad en el inmueble y posibles movimientos de mudanza observados.

Otro elemento relevante es el estado interior del piso. En muchos abandonos quedan estancias vacías o con mobiliario básico del arrendador, pero sin objetos personales del inquilino (ropa, comida, productos de aseo, medicamentos). Si aún no se ha podido acceder, la percepción externa también ayuda: persianas siempre bajadas, ausencia de ruido y consumo casi nulo. Cuando el contrato incluya la obligación de comunicar ausencias superiores a cierto tiempo, el incumplimiento reiterado refuerza la presunción de abandono. En cualquier caso, no confunda abandono con resolución del contrato: hasta que no exista entrega formal de llaves o declaración clara, la relación arrendaticia y sus obligaciones pueden seguir vivas. Por ello, la prueba del abandono debe ser robusta y trazable.

Checklist rápido: registro de comunicaciones, testimonios vecinales, evidencias fotográficas (exteriores), consumos y suministros, pagos de renta, y señales de mudanza.

Primeras acciones: comunicación, burofax y custodia

Confirmados los indicios de que el inquilino abandona sin entregar piso, es fundamental comunicar de manera fehaciente. Envíe un burofax con certificación de contenido y acuse de recibo al domicilio arrendado y a cualquier dirección alternativa pactada. En dicho requerimiento, exponga los hechos observados (falta de ocupación, silencio ante llamadas, posible retirada de enseres), solicite la entrega formal de llaves en un plazo breve, y advierta de que, de persistir la desatención, se considerará el contrato resuelto por abandono, se levantará acta del estado de la vivienda y se reclamarán las rentas y daños. Este documento fijará un hito de comunicación esencial para actuaciones posteriores.

Paralelamente, extreme la custodia del inmueble sin invadir la posesión indebidamente. Si existen riesgos objetivos (fuga de agua, olores, rotura de cerradura, ventana abierta), actúe para evitar daños mayores, documentándolo al máximo. La regla es proporcionalidad: intervenga solo lo estrictamente necesario para proteger la finca, dejando constancia gráfica y, si se puede, con testigos. Esta diligencia evita que el abandono derive en deterioros que luego resulten más costosos de reparar y difíciles de repercutir.

Si tiene los contactos del inquilino (teléfono, email), además del burofax realice un recordatorio adicional por mensajería o correo, solicitando cita para entrega de llaves o indicando un punto de recogida seguro. Proponga franjas horarias y, si procede, ofrezca la opción de depósito de llaves en notaría o administrador de fincas. Toda comunicación debe quedar archivada. Si el inquilino responde y admite el abandono, acuerde un acta de entrega con lectura de contadores y recogida de llaves. Si guarda silencio, prepárese para el siguiente paso: la constatación formal del abandono mediante fedatario o testigos y la recuperación ordenada de la posesión.

Consejo: un tono firme y profesional en el burofax reduce litigios. Evite juicios de valor; limítese a hechos, requerimientos y plazos.

Acta notarial y testigos: cómo documentarlo

Una de las vías más seguras para acreditar que el inquilino abandona sin entregar piso es levantar un acta notarial de presencia. En esta diligencia, un notario constata los indicios de abandono y puede acompañar la apertura de la vivienda si existe causa justificada. El objetivo es dejar evidencia imparcial del estado del inmueble, de la ausencia de ocupantes y, en su caso, de la inexistencia de enseres personales que denoten vida cotidiana. La intervención notarial añade seguridad jurídica y reduce discusiones sobre manipulación de pruebas.

Si no es posible coordinar notaría de inmediato, acuda al menos con dos testigos neutrales (por ejemplo, un administrador y un vecino no familiar) y registre con fotos y vídeo la inspección. Abra y cierre cada estancia mostrando la fecha y la hora; enfoque suelos, paredes, electrodomésticos, muebles y contadores. Grabe también la lectura de los suministros y conserve facturas o recibos recientes. Evite tocar o mover objetos salvo para identificar su contenido. Si se hallan bienes del inquilino, etiquételos y guárdelos según un inventario firmado por testigos, guardando los efectos en un lugar seguro y comunicando al inquilino dónde puede recuperarlos dentro de un plazo razonable.

El acta —notarial o con testigos— debe incluir: datos del contrato, requerimientos previos, descripción detallada del estado del piso, fotografías, lectura de contadores, relación de llaves halladas (si las hubiera) y un cierre con la manifestación de que, por los indicios concurrentes, se considera el inmueble abandonado. Esta base documental será crucial al reclamar rentas, daños o para oponerse a eventuales alegaciones del inquilino. Además, legitima actuaciones posteriores como el cambio de cerradura y la puesta en condiciones para un nuevo arrendamiento.

Documentos a preparar: contrato, anexos, recibos de renta y suministros, comunicaciones enviadas, DNI del propietario, y datos de contacto del administrador o testigos.

Inventario, conservación y tratamiento de bienes

Tras comprobar que el inquilino abandona sin entregar piso, gestione con rigor cualquier bien encontrado. Diferencie entre bienes de valor económico evidente (electrónica, joyas, documentación personal) y enseres de escaso valor (ropa usada, menaje desgastado). El criterio es conservar temporalmente lo que sea razonable para permitir su recuperación, evitando responsabilidades por destrucción o pérdida. Elabore un inventario con descripción, estado y localización de cada objeto, adjuntando fotografías. Señale el procedimiento para la retirada: plazo para recoger, horario, persona de contacto y ubicación. Comuníquelo por burofax y por los canales informales que tenga, dejando rastro.

En paralelo, realice un inventario del estado del piso. Enumere desperfectos y su posible causa (uso normal vs. daños imputables). Incluya paredes, suelos, puertas, ventanas, cerraduras, persianas, cocina y baño, así como electrodomésticos facilitados. Documente averías con detalle: número de serie, fallos, costes de reparación estimados con presupuesto de un técnico. Esta trazabilidad será la base de una compensación con la fianza o de una reclamación adicional si los daños exceden su importe. Recuerde que los gastos por limpieza extraordinaria también pueden ser reclamables si superan el desgaste habitual.

Para preservar el inmueble, ventile y ejecute tareas urgentes de sanidad (por ejemplo, retirada de comida en descomposición) siempre fotografiando el antes y el después. Si hay riesgo para la comunidad (plagas, fugas, olores), intervenga de inmediato con servicios profesionales y guarde facturas. Finalmente, cierre la vivienda de forma segura, cambiando la cerradura cuando tenga fundamentado el abandono y deje constancia en el acta correspondiente. Este equilibrio entre conservación de bienes y protección del inmueble reduce controversias y acelera la reposición del piso para su nuevo alquiler.

Tip operativo: numerar cajas o bolsas y cruzarlas con el inventario; así, la entrega posterior al inquilino es rápida y verificable.

Rentas pendientes, fianza y gastos asociados

El hecho de que el inquilino abandona sin entregar piso no extingue por sí solo las obligaciones económicas. Si no hay entrega formal de llaves ni fecha clara de resolución, las rentas pueden seguir devengándose hasta el momento en que quede acreditado el abandono y usted recupere la posesión. Por ello, fije documentalmente la fecha de acceso y cierre con el acta y, desde entonces, compute las cantidades debidas. Aplique la fianza conforme al contrato: puede destinarse a cubrir rentas, suministros pendientes y daños. No se trata de una penalización, sino de una garantía; por eso, si los perjuicios superan su importe, proceda a reclamar el exceso con facturas y presupuestos.

Prepare un cuadro de liquidación claro: rentas adeudadas por meses concretos, proporcionalidad si el abandono se acredita a mitad de mes, consumos de suministros (agua, luz, gas, internet), limpieza extraordinaria, cerrajería, y reparaciones atribuibles a un mal uso. Adjunte soportes: extractos bancarios, facturas de suministros y de servicios, y el inventario de daños. Envíe la liquidación al inquilino con un nuevo burofax, otorgando un plazo breve para el pago voluntario. Si existe aval o seguro de impago, inicie su activación aportando toda la documentación requerida por la póliza. La claridad en los números reduce la posibilidad de impugnaciones y transmite profesionalidad.

Si el inquilino dejó objetos que, al final del plazo, no recogió, valore costes de almacenamiento y reposición del uso del inmueble. Siempre comunique previamente su intención de disponer de los bienes abandonados según la normativa aplicable y el contrato. Mantenga un tono objetivo y evite expresiones emocionales en la liquidación. Si no hay respuesta, la vía amistosa se agota y puede iniciarse la reclamación judicial por cantidad. La base probatoria —actas, inventarios, facturas, comunicaciones— es el cimiento de un resultado favorable.

Estructura de la liquidación: rentas → suministros → limpieza/cerrajería → reparaciones → total a compensar con fianza → saldo a favor o en contra.

Suministros, cerraduras y servicios del inmueble

La gestión de suministros es una de las tareas más prácticas cuando el inquilino abandona sin entregar piso. Verifique el estado de los contratos (luz, agua, gas, internet) y anote lecturas de contadores con fotografía. Si están a nombre del arrendatario, requiérale por burofax que tramite la baja o el cambio, fijando un plazo. Si están a nombre del propietario pero con domiciliación del inquilino, actualice la forma de pago de inmediato para evitar cortes o recargos. En paralelo, confirme con la comunidad de propietarios si existen cuotas o incidencias pendientes relacionadas con el uso del inmueble.

El cambio de cerradura es una medida de seguridad razonable una vez acreditado el abandono. Documente el proceso: factura del cerrajero, fotografía de la cerradura anterior y de la nueva, y detalle de las llaves generadas. Conserve una llave de administrador y registre a quién se entrega cada copia. Si posteriormente el inquilino alegara que no hubo abandono, la trazabilidad de esta intervención será crucial para demostrar que actuó de buena fe, protegiendo el inmueble y la comunidad. Recuerde notificar el cambio al inquilino en el último domicilio conocido, ofreciéndole una vía de contacto para recoger objetos conservados.

No olvide otros servicios: seguros de hogar (revise coberturas, siniestros por agua o vandalismo), alarma si existiera, y revisiones técnicas pendientes. Si se detectan daños estructurales o instalaciones en mal estado, obtenga informes técnicos antes de realizar reparaciones. Esto le permitirá imputar costes cuando corresponda y, además, mejorar el piso de cara a un nuevo arrendamiento. Deje todo listo para la comercialización: limpieza profesional, pequeñas mejoras de pintura y un reportaje fotográfico actualizado. El tiempo es dinero; cuanto antes vuelva al mercado en condiciones óptimas, menor será el impacto económico del abandono.

Control de llaves: registre copias, receptores y fechas; incorpórelo al expediente junto a la factura de cerrajería.

Entrega formal de llaves y cierre administrativo

Aunque el inquilino abandona sin entregar piso, procure un cierre administrativo impecable. Si consigue contactar con él, proponga una entrega formal de llaves con un acta breve: identificación de las partes, fecha, lecturas de contadores, relación de llaves entregadas y declaración de no tener enseres en la vivienda. Si el inquilino no comparece, documente la “no entrega” con el acta notarial o con testigos, y deje constancia de que las llaves que ahora se emplean son nuevas tras el cambio de cerradura. En ambos escenarios, anexe el inventario de estado y la liquidación económica.

A nivel administrativo, actualice el expediente del alquiler: cierre de incidencias, archivo de comunicaciones, facturas y fotografías. Si el piso estaba gestionado por agencia, coordine la devolución o liquidación de honorarios pendientes según contrato de intermediación. Informe a la comunidad del cambio de situación para evitar notificaciones al inquilino saliente y confirme la recepción de correspondencia dirigida a él; devuélvala con la mención “desconocido” o “abandono”. Si procede, gestione la baja de empadronamiento del arrendatario a través de los cauces municipales correspondientes, aportando la documentación que acredite el abandono y la recuperación de la posesión.

Por último, cierre la comunicación financiera: remita la liquidación definitiva con cálculo de rentas, compensación de fianza y, en su caso, reclamación del saldo. Indique un IBAN y un plazo para el pago. Si no hay respuesta, active la vía judicial o de mediación con el expediente completo. Un cierre ordenado no solo facilita la recuperación de su crédito, sino que también reduce incertidumbre de cara a futuros arrendamientos, pues tendrá un modelo claro de actuación y documentación reutilizable.

Modelo útil: acta de entrega o de “no entrega” + lecturas + inventario + liquidación. Todo en un único PDF con índice y numeración.

Prevención contractual para futuros arrendamientos

La mejor respuesta a que un inquilino abandona sin entregar piso es prevenir. Revise sus contratos para incorporar cláusulas claras: obligación de comunicar ausencias superiores a cierto número de días, entrega de llaves mediante depósito notarial si no puede asistir, autorización para acceder en situaciones de emergencia con notificación inmediata, y resolución por abandono con certificación por tercero (administrador o notario). Incluya un anexo de inventario inicial con fotografías y descripciones detalladas; así, la comparación al final será objetiva y menos litigiosa.

Refuerce las garantías. Además de la fianza legal, valore una garantía adicional o un seguro de impago de rentas que cubra alquiler, actos vandálicos y cerrajería. Establezca un sistema de recordatorios de vencimiento y, si gestiona varios inmuebles, adopte una herramienta de gestión documental para centralizar contratos, pagos y comunicaciones. La comunicación preventiva también ayuda: un onboarding del inquilino con instrucciones sobre incidencias, mantenimiento y contactos reduce abandonos desordenados. Informar de forma transparente sobre penalizaciones o costes por una salida sin entrega ordenada disuade comportamientos negligentes.

Por último, acuerde procesos de salida: revisión previa a la entrega, lectura de contadores conjunta, limpieza y pintura cuando corresponda, y cronograma de devolución de fianza. Si existe administrador de fincas, defina su papel en abandonos: notificación inmediata, coordinación con cerrajería y notaría, y archivo documental. Con estas herramientas, la incidencia de abandonos caóticos se reduce y, cuando ocurran, su impacto económico y operativo será menor.

Cláusulas clave: comunicación de ausencias, entrega de llaves por depósito, resolución por abandono, acceso por emergencia y penalizaciones por incumplimiento.

Preguntas frecuentes

¿Puedo cambiar la cerradura inmediatamente si sospecho abandono? Es recomendable hacerlo solo cuando exista base documental suficiente (requerimiento fehaciente y acta/testigos) que acredite que el inquilino abandona sin entregar piso. Si hay dudas razonables, priorice medidas judiciales o una constatación notarial para evitar alegaciones de entrada indebida. Documente siempre el proceso y notifique el cambio.

¿Desde cuándo dejo de devengar rentas? Habitualmente, desde la fecha en que queda acreditado el abandono y usted recupera la posesión de forma efectiva (acta y cierre). Sin entrega formal de llaves, la renta puede seguir devengándose; por eso, es clave fijar documentalmente el momento de recuperación con soporte probatorio.

¿Qué hago con los objetos del inquilino? Elabore inventario con fotos, conserve de forma razonable y comunique por burofax el plazo y modo de recogida. Si no se retiran en el plazo señalado, podrá disponer conforme a la normativa aplicable y al contrato. Evite deshacerse de bienes sin comunicarlo antes.

¿Puedo imputar limpieza y cerrajería a la fianza? Sí, cuando superen el desgaste por uso normal y estén justificados con facturas. Incluya estos conceptos en la liquidación final, junto con rentas y suministros pendientes, y compense con la fianza conforme al contrato.

¿Es obligatorio el acta notarial? No es estrictamente obligatoria, pero aporta gran seguridad jurídica. Si no es viable, actúe con testigos, fotografías, vídeos y un inventario exhaustivo. Cuanta más neutralidad y detalle tenga la prueba, más sólida será su posición ante una reclamación.

Si precisa un modelo de burofax o de acta de inventario, puede adaptar las pautas de este artículo a su caso concreto y mantener siempre un expediente ordenado con fechas, fotos y facturas.