Qué hacer si el inquilino abandona con objetos

Qué hacer si el inquilino abandona con objetos

Publicado el 27 de octubre de 2025


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Confirmar abandono y riesgos inmediatos

Cuando un inquilino abandona la vivienda dejando objetos, lo primero es confirmar que existe un verdadero abandono y no una ausencia temporal. El abandono se caracteriza por la falta de uso continuado del inmueble, la retirada de bienes de primera necesidad (ropa de uso diario, colchón principal, alimentos), la ausencia de consumo en suministros y, en ocasiones, el impago reiterado de rentas. Antes de actuar, verifique señales objetivas: buzón saturado, vecinos que confirman la marcha, corte de suministros por baja solicitada, o llaves devueltas. Si dispone de canales de comunicación, intente un contacto diligente (mensaje escrito o email) para constatar la voluntad real del arrendatario. Documente todo con fechas y capturas de pantalla.

El principal riesgo reside en precipitarse y vulnerar derechos. Aunque el arrendatario parezca haber desaparecido, los objetos tienen propietario y su disposición indebida podría generar reclamaciones. Además, entrar sin consentimiento o sin causa justificada puede acarrear responsabilidades. Si hay dudas, es prudente contar con testigos o un profesional que levante acta de la situación de la vivienda, priorizando siempre la seguridad y la integridad del inmueble. En paralelo, revise el contrato: algunas cláusulas prevén procedimientos en caso de abandono, incluyendo comunicaciones, plazos y atribución de costes de retirada y almacenamiento.

Paso inmediato recomendado: no toque los objetos; tome fotografías del estado general, anote fecha y hora, y registre cualquier indicio de abandono (bajas de suministros, mensajes, testigos). Esto sentará la base para el inventario y el requerimiento posterior.

  • Verifique consumos y estados de suministros.
  • Busque evidencias objetivas y guarde constancia escrita.
  • Revise el contrato y posibles cláusulas de abandono.
  • Priorice la seguridad: cambie bombines solo tras asegurar la situación legal.

Inventario fotográfico y pruebas sólidas

El inventario es la piedra angular de una gestión segura cuando el inquilino abandona con objetos. Debe ser metódico, fechado y verificable. Empiece con vistas generales de cada estancia, incluyendo puertas, ventanas y elementos fijos, y continúe con fotografías de detalle de los bienes muebles, su estado aparente y marcas identificativas. Si es posible, grabe un vídeo continuo recorriendo el inmueble, comentando fecha y hora. Acompañe cada imagen con un listado escrito, numerando cajas o bolsas y describiendo su contenido de forma razonable (sin vulnerar la intimidad: no lea documentos personales ni acceda a dispositivos electrónicos).

Para reforzar la prueba, puede contar con un tercero (vecino, conserje o profesional) que actúe como testigo de la elaboración del inventario. Otra opción es acudir a un fedatario para levantar acta del estado del inmueble y de los objetos. Conserve los metadatos de las fotos, especialmente la fecha; haga copias de seguridad (nube y dispositivo). Este conjunto probatorio será útil si el arrendatario cuestiona posteriormente la retirada, el estado de sus bienes o reclama un valor económico superior.

Checklist de inventario: fotos por estancia, vídeo recorrido, lista numerada, embalaje etiquetado, testigos, copias de seguridad, y mención a objetos potencialmente valiosos (electrónica, joyería, instrumentos).

  • Numere cajas y asigne un código a cada estancia (SALÓN-01, DORM-02...).
  • Evite manipular en exceso; documente antes de mover.
  • Guarde recibos y evidencias de cualquier gasto de embalaje.

Comunicación formal y requerimiento al inquilino

Tras el inventario, envíe un requerimiento formal al antiguo inquilino. El objetivo es ofrecerle una oportunidad real y fehaciente para retirar sus pertenencias, fijando un plazo razonable y un punto de contacto. El canal recomendado es el burofax con certificación de contenido y acuse, dirigido al domicilio contractual y a cualquier email o teléfono pactado. Sea claro y concreto: identifique el inmueble, resuma el hallazgo de objetos, adjunte relación inventariada (o ofrezca consulta), proponga fechas para la retirada y advierta que, de no hacerlo, se procederá a custodia temporal y posterior disposición conforme a derecho, repercutiendo los costes en el arrendatario.

Mantenga un tono profesional y evite juicios de valor. Si el inquilino responde y propone recoger, acuerden una cita con acta de entrega, firmando la recepción de cada caja o elemento. Si no hay respuesta, conserve el justificante del burofax y prepare la siguiente fase (custodia y retirada). Si el contrato prevé comunicaciones electrónicas, complemente con email y mensajería, guardando capturas con fecha. Todo rastro documental robustece su posición si surge una controversia posterior.

Contenido mínimo del requerimiento: identificación del piso, relación de bienes, plazo de retirada, lugar/horario, advertencia de costes y destino, y datos de contacto para coordinar.

  • Use burofax para asegurar la prueba de envío y recepción.
  • Ofrezca al menos dos franjas horarias alternativas.
  • Incluya un teléfono y correo para agilizar la coordinación.

Custodia, embalaje y almacenamiento seguro

Si el inquilino no recoge sus efectos en plazo, el arrendador debe custodiar los bienes temporalmente. La custodia ha de ser diligente, proporcional al valor aparente y con un coste razonable. Embale por categorías: ropa y textiles en bolsas transpirables; vajilla y cristalería con protección; electrónica en cajas acolchadas; libros y documentos en cajas rígidas, evitando humedad. Etiquete con el código del inventario y añada una breve descripción. No acceda al contenido de documentos personales ni a dispositivos con datos. Si detecta objetos potencialmente peligrosos (productos químicos, herramientas sin seguro), extremar precauciones y, si procede, consultar a un profesional.

El almacenamiento puede hacerse en una habitación del propio inmueble por un tiempo breve o en un trastero externo. Guarde los contratos y facturas de guardamuebles, así como los partes de entrada y salida. El objetivo es acreditar que actuó con cuidado y que los costes son reales y proporcionados. Fije un periodo razonable de custodia, conforme a lo indicado en el requerimiento, y mantenga localizable el material inventariado. Si en cualquier momento el inquilino aparece y solicita la entrega, programe una cita con verificación de identidad y acta de devolución, liquidando previamente los costes devengados si así se previó en el requerimiento.

Consejo logístico: tome fotografías adicionales al embalar y al depositar en trastero; anexe tickets y facturas a un expediente único del caso para su reclamación posterior.

  • Embalaje por categorías con etiquetas resistentes.
  • Control de humedad y golpes en transporte.
  • Expediente con facturas y partes de entrega.

Procedimiento para la retirada y destino de los bienes

Con el requerimiento cumplido y la custodia documentada, llega el momento de decidir el destino de los bienes no recogidos. Actúe por fases: 1) revisión final del inventario por si el inquilino ha contactado o existe nueva información; 2) clasificación en desecho sin valor, donación, reciclaje y bienes de cierto valor; 3) trazabilidad de la salida (tickets de punto limpio, donación a ONG, retirada por empresa). Evite el beneficio propio directo con objetos valiosos; priorice soluciones neutras y transparentes. En algunos supuestos, puede valorarse el depósito ante un tercero o incluso la consignación si se prevé controversia.

La clave está en la razonabilidad y la prueba. Si existen electrodomésticos o muebles con valor, deje constancia del estado y del canal elegido para su salida (venta a bajo coste para cubrir gastos, donación, reciclaje). Los objetos peligrosos o voluminosos deben retirarse con operador autorizado, conservando el albarán. Los documentos personales (títulos, certificados, historias clínicas) merecen un tratamiento singular: guárdelos un plazo adicional y, de no ser posible la entrega, consulte el cauce apropiado para su destrucción segura, evitando cualquier difusión de datos.

Regla práctica: registre quién, cuándo y cómo retira cada lote; haga fotos de la vivienda vacía y cierre el expediente con un informe final de actuaciones y costes.

  • Clasificación por valor y tratamiento específico.
  • Reciclaje y gestor autorizado para residuos voluminosos.
  • Protección de datos para documentación sensible.

Costes, daños y compensaciones

El abandono con objetos suele generar gastos: embalaje, transporte, guardamuebles, limpieza profunda e incluso pequeñas reparaciones por deterioros. Para reclamar estos costes al arrendatario, es imprescindible contar con facturas, recibos y un expediente bien armado. La fianza puede aplicarse a los importes debidos conforme a la normativa y a lo pactado en el contrato, pero conviene liquidar con detalle: desglose conceptos, periodos y justifique cada euro con documento de respaldo. Si tras la imputación de la fianza persiste un saldo a favor del arrendador, podrá reclamarse por vía amistosa o, en su defecto, judicial.

Diferencie entre costes de retirada/custodia y daños o desperfectos. Los primeros derivan de la necesidad de liberar y proteger la vivienda; los segundos, del incumplimiento de conservación. Documentar “antes y después” (con fotos y actas) ayuda a sostener la imputación de costes y a reducir controversias. Evite conceptos inflados o poco razonables; la proporcionalidad refuerza la credibilidad de su reclamación. Finalmente, cierre el expediente con una liquidación final donde conste renta debida, suministros pendientes, daños, limpieza, retirada y cualquier otro concepto, adjuntando justificantes.

Tip financiero: use un cuadro de control simple con columnas de concepto, proveedor, fecha, importe y justificante. Facilita la liquidación y evita olvidos.

  • Impute la fianza solo con base documental.
  • Conserve facturas de limpieza, transporte y almacenamiento.
  • Redacte una liquidación clara y envíela al inquilino.

Seguridad: cambio de cerradura y riesgos

La seguridad del inmueble es prioritaria, pero el cambio de cerradura exige prudencia. Si existe certeza de abandono y el contrato ha finalizado o se ha resuelto, el cambio puede ser una medida razonable para evitar ocupaciones, sustracciones o daños. En ese caso, deje constancia del día y la hora, conserve la factura del cerrajero y documente el estado de la vivienda en ese momento. Si el arrendatario no ha entregado llaves pero hay indicios sólidos de abandono (bajas de suministros, impago y ausencia), la actuación debe estar respaldada por inventario y requerimiento, de modo que, si regresa, se pueda acreditar la diligencia y la oferta de recogida de bienes.

Evite el acceso sorpresivo si aún hay controversia sobre la posesión o si el arrendatario ha manifestado voluntad de continuar. Ante cualquier duda, priorice soluciones con apoyo profesional (asesoría o fedatario). Una vez cambiada la cerradura, custodie las nuevas llaves y entregue copia únicamente cuando proceda (p. ej., a compañías de limpieza o técnicos), dejando registro de entradas y salidas. Esto reduce riesgos y evita reclamaciones por pérdidas o faltantes.

Buena práctica: combine cambio de bombín con inventario, fotos y un parte breve del cerrajero describiendo el acceso y el estado de la puerta.

  • Actúe solo con indicios sólidos y documentación.
  • Guarde factura y parte del cerrajero.
  • Controle quién accede y por cuánto tiempo.

Casos especiales: documentos, animales y residuos

No todos los objetos son iguales. Los documentos personales (DNI, pasaporte, títulos, historiales) requieren una custodia reforzada: guárdelos separados, en sobre sellado identificado en el inventario, y establezca un plazo adicional para su recuperación. No los copie ni divulgue su contenido. Si no se reclaman, consulte el procedimiento apropiado para su destrucción confidencial. En cuanto a animales, la prioridad es el bienestar; contacte de inmediato con protectoras o autoridades si detecta abandono, dejando constancia escrita. La inacción puede tener consecuencias administrativas o penales. Para residuos peligrosos (pinturas, químicos, baterías), use gestores autorizados y conserve albaranes.

En el caso de electrónica con datos (ordenadores, móviles, discos), evite encender o explorar el contenido. Custódielos como bienes de valor y establezca un cauce de devolución prioritaria. Si no se recuperan en plazo, valore la entrega a un punto limpio con certificado de destrucción segura de datos. Para muebles voluminosos, coordine con el servicio municipal o con una empresa especializada, programando la retirada con acuerdo de comunidad de propietarios si afecta a zonas comunes. Cierre siempre con fotos de la vivienda despejada y un resumen final.

Recordatorio: la protección de datos personales y el bienestar animal exigen actuaciones rápidas, documentadas y conforme a los cauces previstos.

  • Documentos: sobre sellado y plazo adicional.
  • Animales: contactar protectora/autoridad sin demora.
  • Residuos: solo con gestores autorizados y albarán.

Preguntas frecuentes

¿Puedo tirar todo a la basura si el inquilino se fue? No. Debe inventariar, requerir y custodiar por un tiempo razonable. Solo después, y con prueba, podrá retirar y dar destino a los bienes, evitando beneficiarse injustificadamente y priorizando opciones transparentes (reciclaje, donación, gestor autorizado).

¿Cuánto tiempo debo guardar los objetos? Depende del caso y de lo pactado. Un plazo razonable comunicado en el requerimiento (p. ej., 10–15 días para recoger y un periodo breve de custodia) suele ser suficiente. Si hay documentos o bienes de valor, amplíe prudentemente y deje constancia.

¿Puedo descontar los gastos de la fianza? Sí, siempre que estén justificados (facturas de limpieza, transporte, guardamuebles, cerrajero) y tras una liquidación clara. Si la fianza no cubre todo, puede reclamar el resto con la documentación de respaldo.

¿Y si aparecen documentos sensibles o electrónicos? Sepárelos, custodie sin acceder al contenido y priorice su devolución. Si no se reclaman, use destrucción segura y conserve el justificante.

¿Cuándo es recomendable cambiar la cerradura? Cuando haya indicios sólidos de abandono y el contrato esté resuelto o finalizado. Documente el cambio, guarde la factura y combine la medida con el inventario y el requerimiento al inquilino.

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