
Cómo reclamar rentas atrasadas a un inquilino moroso
Publicado el 31 de agosto de 2025
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Índice
Qué son las rentas atrasadas
Las rentas atrasadas son las cantidades de alquiler y, en su caso, otros importes pactados en el contrato (como suministros repercutidos, actualizaciones de renta o intereses previstos) que el inquilino no ha pagado dentro del plazo acordado. Se consideran impagadas desde el día siguiente al vencimiento de cada mensualidad, y su acumulación puede activar cláusulas contractuales, penalizaciones u opciones legales para el arrendador. En términos prácticos, hablar de un inquilino moroso implica que existen una o varias mensualidades vencidas y no satisfechas, además de posibles recibos devueltos o impagos parciales que generan saldos pendientes.
Identificar con precisión la deuda es el primer paso para reclamar rentas atrasadas a un inquilino moroso. Esto supone revisar el contrato de arrendamiento, el calendario de pagos, las actualizaciones de renta (si se pactaron) y cualquier acuerdo posterior (por ejemplo, un aplazamiento firmado). Conviene diferenciar entre deuda cierta (mensualidades ya vencidas) y deuda futura (plazos que todavía no han vencido), ya que la estrategia y el procedimiento pueden variar. Además, el contrato suele delimitar qué conceptos son exigibles, cómo se pagan y qué ocurre si se retrasa el pago, lo que aporta seguridad jurídica al propietario a la hora de exigir el cumplimiento.
Punto clave: a efectos prácticos, la reclamación debe centrarse en las mensualidades vencidas y exigibles, con prueba documental clara de cada vencimiento y de los intentos de cobro. Cuanto más ordenadas estén las evidencias, mayor será la probabilidad de recuperar los importes y, si procede, de iniciar una vía judicial ágil.
- Mensualidades vencidas e impagadas.
- Gastos repercutidos pactados en contrato.
- Actualizaciones de renta debidamente notificadas.
- Impagos parciales y recibos devueltos.
Documentación y preparación previa
Antes de enviar un requerimiento o iniciar acciones legales, es esencial reunir toda la documentación que acredite la existencia de la deuda y el incumplimiento del inquilino. Empiece por el contrato de arrendamiento firmado y sus anexos. Añada el calendario de pagos pactado, los recibos, extractos bancarios, justificantes de transferencias recibidas o devueltas y cualquier comunicación previa sobre impagos o retrasos. Si hubo acuerdos verbales o por mensajería, procure recopilar capturas o transcripciones ordenadas cronológicamente. Esta fase de preparación no solo permite cuantificar con exactitud las rentas atrasadas, sino que también reduce errores y acelera la gestión posterior.
Paralelamente, conviene revisar las cláusulas de actualización de renta y de intereses por mora, así como las obligaciones del inquilino sobre suministros o gastos. Si el contrato prevé un canal de notificaciones (correo electrónico, burofax, dirección postal), respételo para no dar pie a alegaciones de indefensión. Prepare un cuadro de deuda con columnas para mes vencido, importe de la renta, importes adicionales, pagos parciales y saldo; esto servirá como anexo en el burofax y, en su caso, en el procedimiento judicial. Mantener un tono profesional y objetivo en cada documento ayuda a transmitir seriedad y a fomentar soluciones amistosas.
Checklist rápido: contrato y anexos; justificantes de cobros y devoluciones; comunicaciones previas; cuadro de deuda actualizado; datos del inquilino (DNI, domicilio de notificaciones) y del arrendador; copia de la fianza y su estado; y preferiblemente un índice de la documentación para facilitar su consulta.
- Contrato firmado y posibles prórrogas.
- Recibos, extractos y comprobantes de pago.
- Mensajes y correos sobre retrasos o impagos.
- Cuadro de deuda claro y verificable.
Reclamación amistosa y burofax
Antes de acudir a los tribunales, lo razonable es intentar una reclamación amistosa. Un primer contacto por correo o teléfono, con tono respetuoso y orientado a soluciones, puede desbloquear la situación y evitar costes. Proponga un calendario de pagos realista, pida confirmación por escrito y deje constancia de los plazos. Si no hay respuesta o se incumple lo acordado, el siguiente paso es el burofax con certificación de contenido y acuse de recibo. Este documento formal acredita que el inquilino recibió el requerimiento y qué se le solicitó, algo decisivo si después se litiga.
El burofax debe detallar el importe exacto de las rentas atrasadas, los meses afectados, el número de cuenta para el pago y un plazo breve para regularizar (por ejemplo, 5–10 días hábiles). Indique que, de no pagar, se emprenderán acciones legales para reclamar la deuda e, incluso, recuperar la posesión. Adjunte el cuadro de deuda y mencione las consecuencias del impago continuado. Evite expresiones agresivas: el objetivo es exigir el cumplimiento con claridad y seguridad, facilitando el pago y evitando dilaciones. Guarde el justificante del envío y la certificación de contenido junto con el resto del expediente.
Consejo práctico: ofrezca un único canal de respuesta (correo o teléfono) y un único método de pago (transferencia identificando concepto) para simplificar el control. Cualquier propuesta del inquilino debería formalizarse por escrito y firmarse, con fechas y cuantías cerradas.
- Contacto cordial inicial con propuesta de plan.
- Burofax con deuda detallada, plazo y consecuencias.
- Adjuntar cuadro de deuda y cuenta de pago.
- Conservar justificantes de envío y recepción.
Cálculo de deuda e intereses
Para reclamar rentas atrasadas a un inquilino moroso con éxito, el cálculo debe ser exacto y verificable. Comience listando cada mensualidad vencida con su importe base. Si se pactó actualización de renta, aplíquela conforme al contrato y a las notificaciones efectuadas. Sume conceptos repercutibles (por ejemplo, suministros adelantados por el propietario si así se acordó por escrito) y reste pagos parciales realizados. El resultado debe ser un saldo claro por meses y un total acumulado que coincida con los justificantes.
En cuanto a los intereses, verifique si el contrato fija un tipo de demora y desde cuándo computa (normalmente, desde el día siguiente al vencimiento). De no existir pacto, puede calcularse un interés legal razonable y fundamentarlo en la reclamación. Evite reclamar conceptos no pactados o dudosos; en sede judicial, las cantidades imprecisas o mal justificadas retrasan el procedimiento. Para reforzar la transparencia, incorpore un cuadro con cuatro columnas: mes, renta pactada, pagos/abonos y saldo. Añada una hoja resumen con el total exigible y el método de cálculo de intereses, incluyendo fecha de corte para que el inquilino pueda verificar el importe exacto a transferir.
Plantilla orientativa de conceptos: rentas vencidas; diferencias por actualización; suministros pactados y abonados; intereses de demora; posibles daños y desperfectos acreditados (normalmente se reclaman tras la entrega de llaves); y costas en caso de procedimiento judicial con condena.
- Mes a mes: importe, vencimiento y saldo.
- Abonos parciales restados con fecha.
- Interés de demora pactado o razonable.
- Resumen total con fecha de cálculo.
Vías legales para reclamar
Si la vía amistosa fracasa, existen procedimientos judiciales específicos para reclamar rentas atrasadas. Una opción habitual cuando la deuda es líquida, vencida y exigible es un procedimiento ágil centrado en la reclamación dineraria. Requiere aportar contrato, cuadro de deuda y prueba del requerimiento previo. En función de la cuantía y circunstancias, también pueden utilizarse procesos declarativos ordinarios o verbales. La elección del cauce depende de la claridad de la deuda, de si existen otras pretensiones acumuladas y del interés en recuperar simultáneamente la posesión.
En muchos casos, es posible acumular la acción de desahucio por falta de pago con la reclamación de rentas, lo que permite en un mismo procedimiento reclamar el importe debido y la recuperación de la vivienda. Ahora bien, esta decisión debe valorarse estratégicamente: hay supuestos en los que conviene primero forzar el pago para mantener al inquilino cumpliendo, y otros en que la prioridad es recuperar el inmueble para evitar que la deuda siga creciendo. Una revisión rápida del caso por un profesional ayuda a encauzar el procedimiento óptimo y a preparar la demanda con orden, anexos y peticiones claras (intereses, costas, lanzamiento, etc.).
Recomendación: presente una demanda con documentos organizados, numerados y referenciados. Una estructura impecable y una petición precisa de cantidades, intereses y condena en costas puede marcar la diferencia en tiempo de resolución.
- Procedimiento ágil para deudas líquidas y vencidas.
- Procesos declarativos según cuantía y complejidad.
- Posible acumulación con desahucio por impago.
- Pedir intereses y costas cuando proceda.
Desahucio vs. reclamación de rentas
Ante un inquilino moroso, el propietario debe decidir si prioriza recuperar el inmueble (desahucio por falta de pago), reclamar exclusivamente el dinero adeudado, o ambas cosas a la vez. El desahucio se centra en la posesión: busca el lanzamiento y la entrega de llaves para detener la generación de nueva deuda. La reclamación de rentas, por su parte, persigue el cobro de importes vencidos y exigibles. Combinar ambas pretensiones puede resultar eficiente cuando el impago es reiterado y el riesgo de que la deuda siga creciendo es alto.
No obstante, conviene analizar la solvencia del inquilino y la posibilidad real de cobro. Si no hay bienes embargables ni ingresos conocidos, el desahucio gana prioridad estratégica para frenar la bola de nieve. En cambio, si el inquilino es solvente o está dispuesto a un plan de pagos serio, puede explorarse un acuerdo con reconocimiento de deuda y garantías (avalista, domiciliación, calendario con vencimientos y penalizaciones). En todo caso, la decisión debe basarse en datos: importe total adeudado, tendencia de impago, tiempo de ocupación y estado de la vivienda.
Claves para decidir: urgencia por recuperar la posesión; riesgo de incremento de la deuda; solvencia del inquilino; costes y tiempos estimados; y disponibilidad de pruebas claras que apoyen la demanda con éxito.
- Desahucio: detener deuda y recuperar el inmueble.
- Reclamación de rentas: enfocada en el cobro.
- Acumulación: eficacia cuando el impago es reiterado.
- Valorar solvencia y garantías reales de cobro.
Pruebas y estrategia del propietario
Una reclamación sólida se construye con pruebas simples, ordenadas y suficientes. El eje probatorio suele ser el contrato de arrendamiento, complementado con el histórico de pagos y el burofax de requerimiento. Los extractos bancarios muestran qué meses se pagaron y cuáles no; los recibos devueltos, los intentos fallidos de cobro. Si se pactaron actualizaciones, incorpore las notificaciones y el método de cálculo. En cuanto a comunicaciones por mensajería o correo, exporte el hilo relevante y destaque fechas clave (reconocimientos de deuda, promesas de pago incumplidas, excusas reiteradas). Evite saturar con documentos irrelevantes: menos es más, siempre que cada pieza pruebe un extremo concreto.
Estrategicamente, conviene fijar un relato claro: fechas de contrato y entrega de llaves, primera mensualidad impagada, medidas amistosas intentadas, cuantificación de la deuda y decisión de reclamar. Si solicita desahucio con reclamación de cantidades, delimite con precisión lo que exige y por qué, y pida intereses desde la fecha de cada vencimiento. Si solo pide dinero, explique la razón (por ejemplo, porque el inquilino ya abandonó la vivienda). En todo momento, la coherencia interna del expediente y la educación en el trato aumentan la credibilidad del arrendador frente a un juez o mediador.
Estructura de expediente recomendada: índice; contrato y anexos; cuadro de deuda; justificantes bancarios; comunicaciones; burofax y acreditaciones; y, en su caso, informe fotográfico del estado del inmueble al inicio y al final del arrendamiento.
- Prueba documental clara y cronológica.
- Relato coherente, fechas y cifras exactas.
- Evitar documentos redundantes o confusos.
- Pedir intereses desde cada vencimiento.
Plazos, costes y riesgos
Los tiempos de una reclamación de rentas atrasadas dependen de la carga de trabajo del juzgado, la complejidad del caso y la actitud del inquilino. Un expediente impecable, con deuda clara y adecuada notificación previa, suele avanzar con más fluidez. A nivel económico, hay que contemplar gastos de envío de burofax, eventuales honorarios profesionales, tasas que procedan y, si se litiga, la posible condena en costas a la parte vencida. Aunque muchas reclamaciones terminan con pago o acuerdo, siempre existe el riesgo de insolvencia del inquilino o de que se alarguen los plazos por incidencias procesales.
Para mitigar riesgos, sea realista en la cuantía reclamada: mejor pedir lo cierto, vencido y bien probado. Considere alternativas como un plan de pagos con reconocimiento de deuda y garantías (aval personal, domiciliación obligatoria, cláusula penal por incumplimiento) que, de fallar, simplifique la ejecución posterior. Si prevé solicitar desahucio, anticípese preparando inventario de llaves, lecturas de contadores y un acta de estado del inmueble para el momento del lanzamiento o entrega voluntaria. El objetivo es reducir incertidumbres y acortar el tiempo entre la resolución y el cobro efectivo.
Mitigación práctica: requerimiento temprano, documentación ordenada, cifras redondas y verificables, propuesta inicial de acuerdo y, en paralelo, preparación de demanda por si el inquilino no reacciona.
- Costes: burofax, asesoría y gastos procesales.
- Tiempos variables según juzgado y complejidad.
- Riesgo de insolvencia y dilaciones.
- Plan B: acuerdo con garantías y ejecución ágil.
Preguntas frecuentes
¿Puedo reclamar rentas atrasadas y a la vez pedir el desahucio? Sí, es habitual acumular la reclamación de cantidades con la recuperación de la posesión cuando el impago persiste. Esto puede ahorrar tiempo y concentrar la prueba en un mismo procedimiento.
¿Es obligatorio enviar burofax antes de demandar? No siempre es obligatorio, pero es muy recomendable porque acredita la notificación, facilita acuerdos y fortalece la demanda al demostrar un requerimiento previo claro y con plazo.
¿Qué pasa si el inquilino paga después del burofax? Si paga íntegramente dentro del plazo, archive la reclamación y conserve justificantes. Si propone un plan de pagos, formalícelo por escrito con garantías y penalizaciones por incumplimiento.
¿Puedo usar la fianza para cubrir las rentas impagadas? La fianza suele destinarse a cubrir daños y obligaciones al final del contrato. Si la aplica a rentas, documente la imputación y reclame el resto; asegúrese de dejar constancia por escrito para evitar controversias.
¿Cuánto tarda el proceso? Depende del juzgado y de la complejidad. Un expediente claro y ordenado reduce plazos. Mientras tanto, valore medidas para evitar que la deuda siga aumentando, como negociar una entrega de llaves temprana con reconocimiento de deuda.
Estas respuestas resumen dudas comunes, pero cada caso tiene matices. Documente bien la deuda, requiera por escrito y elija el procedimiento que mejor se adapte a sus objetivos: recuperar el dinero, la posesión, o ambas cosas de forma eficiente.