Pasos legales si el inquilino abandona muebles dañados

Pasos legales si el inquilino abandona muebles dañados

Publicado el 11 de octubre de 2025


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Evaluación inicial y pruebas: cómo documentar los daños

Ante la situación en la que el inquilino abandona muebles dañados, el primer paso legal —y el más decisivo para el éxito de una reclamación— es documentar de manera rigurosa el estado del inmueble y del mobiliario. Esta fase debe realizarse antes de manipular, reparar o desechar nada. Empieza por un registro fotográfico y en vídeo con buena iluminación y detalle: toma planos generales de cada estancia y acercamientos de cada desperfecto (arañazos profundos, roturas, quemaduras, manchas persistentes, humedad provocada, patas partidas, cajones desencajados, tapicerías rasgadas, etc.). Incluye una referencia temporal visible (por ejemplo, mostrar la pantalla de un móvil con fecha) y, si es posible, graba un recorrido continuo por la vivienda para evitar sospechas de montaje.

El acta de inspección es el segundo pilar. Si cuentas con un inventario firmado al inicio del arrendamiento, compáralo punto a punto, marcando qué elementos han sufrido daños y en qué grado. Señala también lo que falte o haya sido sustituido por piezas de inferior calidad. Anota la ubicación exacta y el tipo de daño, junto con una valoración inicial (si el mueble es recuperable con reparación o si debe reemplazarse). Añade referencias de marca o modelo siempre que existan.

Checklist rápido:

  • Fotos y vídeo de cada estancia y detalle de daño.
  • Comparación con inventario y estado inicial.
  • Numeración de piezas afectadas y descripción objetiva.
  • Guardar embalajes, facturas o etiquetas que prueben el valor.
  • Evitar mover muebles hasta completar la evidencia documental.

Para reforzar la prueba, considera avisar a un testigo imparcial (administrador de fincas, conserje, vecino) que pueda acreditar el estado del inmueble en el momento de la inspección. Si el daño es cuantioso, un peritaje preliminar puede resultar útil incluso antes de contactar al inquilino, pues fija técnicamente la existencia, causa y alcance de los desperfectos. Toda esta trazabilidad será clave para justificar la retención total o parcial de la fianza y, en su caso, para reclamar judicialmente los importes necesarios para restaurar la vivienda a su estado anterior al arrendamiento.

Comunicación formal al inquilino: requerimiento y plazos

Una vez reunidas las pruebas, comunica de manera fehaciente al inquilino el estado en que se ha encontrado el mobiliario y las acciones que se van a emprender. La práctica recomendada es el burofax con certificación de contenido y acuse de recibo o, en su defecto, cualquier medio que acredite la recepción (carta notarial, entrega en mano con firma). El contenido debe ser claro y estructurado: relación de daños, valoración inicial, intención de compensar con la fianza y, si procede, reclamación de cantidad adicional. Ofrece un plazo razonable (por ejemplo, 7–10 días laborables) para responder, aportar alegaciones o proponer solución.

Evita un tono emocional y céntrate en hechos verificables. Adjunta fotografías relevantes, copia del inventario y, si ya los tuvieras, presupuestos o un informe pericial. Indica también el número de cuenta para pagos y advierte de que, en caso de silencio o negativa, se iniciará la vía judicial adecuada. Este aviso no es una amenaza: es parte de la transparencia procesal y puede incentivar un acuerdo temprano.

Consejos de redacción del requerimiento:

  • Encabezado con datos de arrendador, arrendatario, contrato y dirección.
  • Listado numerado de muebles dañados con breve descripción.
  • Importes provisionales y mención a la compensación con fianza.
  • Plazo y medio de respuesta; IBAN para transferencias.
  • Advertencia de acciones legales si no hay acuerdo.

Si el inquilino propone reparar por su cuenta, exige técnicos habilitados, calidad equivalente o superior y cumplimiento de plazos. De lo contrario, recházalo y continúa con tu plan de restitución. Guarda todas las comunicaciones (correos, mensajería, llamadas con minuta) para integrarlas al expediente probatorio.

Inventario, peritaje y presupuestos: bases de la reclamación

Para transformar la evidencia en una reclamación sólida, necesitas cuantificar. Parte del inventario y crea una tabla de daños con campos como: referencia del mueble, descripción del daño, viabilidad de reparación, coste estimado de reparación o reposición, y proveedor recomendado. Solicita dos o tres presupuestos por cada partida relevante, especialmente en tapicerías, carpintería, electrodomésticos, encimeras o piezas de diseño. Los presupuestos deberían indicar mano de obra, materiales, tiempos y garantías.

Cuando el deterioro sea controvertido o técnicamente complejo, un perito tasador aporta objetividad: determina causa (uso negligente vs. desgaste), cuantifica el daño, fija el valor venal del mueble y recomienda reparación o sustitución. Este informe es especialmente útil si anticipas una oposición del inquilino o si planeas un procedimiento judicial. Además, sirve para respaldar la proporcionalidad de la retención de la fianza y de eventuales importes adicionales.

Estructura sugerida de tu tabla de daños:

  • ID/Referencia del mueble (según inventario).
  • Descripción objetiva del desperfecto.
  • Fotos asociadas (nombres de archivo o enlaces).
  • Reparación viable (sí/no) y proveedor propuesto.
  • Coste reparación / Coste reposición a equivalente.
  • Comentarios (urgencia, seguridad, uso).

Una última recomendación: valora la calidad equivalente. No es obligatorio reponer “a nuevo” si el mueble tenía años de uso, pero sí restituir la funcionalidad y estética razonables. Documenta la antigüedad aproximada de cada pieza para prevenir discusiones sobre enriquecimiento injusto. Esta transparencia mejora tu posición negociadora y, si llegas a juicio, demuestra diligencia y proporcionalidad.

Fianza: uso correcto, compensación y liquidación

La fianza de arrendamiento se constituye precisamente para cubrir daños imputables al inquilino, así como impagos de rentas o suministros. Tras la salida, debes calcular la liquidación final distinguiendo: rentas pendientes, suministros, y daños en muebles y elementos de la vivienda. Si el total de daños justificados (con presupuestos y pruebas) es inferior o igual a la fianza, podrás compensar y devolver el remanente. Si lo supera, reclamarás la diferencia. Es aconsejable comunicar por escrito al inquilino el detalle de la liquidación y el destino de cada euro de la fianza.

Debes respetar los plazos usuales de liquidación razonable tras la entrega de llaves (que permiten verificar el estado real, recibir presupuestos y calcular importes), y las eventuales obligaciones de depósito autonómico donde aplique. Si existe fianza adicional o garantía, también podrás acudir a ella según lo pactado. Conviene que la compensación sea proporcional y esté documentada, porque muchos litigios se originan precisamente en retenciones genéricas o sin desglosar.

Buenas prácticas en la liquidación:

  • Desglose por conceptos (rentas, suministros, muebles, otros).
  • Adjuntar presupuestos/facturas y fotos de apoyo.
  • Indicar el importe compensado y el sobrante a devolver.
  • Señalar la diferencia a reclamar, con IBAN y plazo de pago.
  • Dejar constancia de la fecha de comunicación al inquilino.

Recuerda: la fianza no es una “barra libre”. No puede cubrir desgastes normales ni mejoras estéticas voluntarias. Si tienes dudas, contrasta cada partida con el estado inicial y con la recomendación del perito o técnico. La precisión evita conflictos y fortalece tu posición si el asunto escala.

Acuerdo extrajudicial: propuesta de pago y cierre del conflicto

Antes de acudir a los tribunales, intenta un acuerdo extrajudicial. Propón por escrito una liquidación cerrada basada en tu tabla de daños y presupuestos: indica el importe total, lo ya compensado con fianza y el saldo pendiente. Ofrece facilidades razonables, como un plan de pagos con calendario y vencimientos, condicionado a que el inquilino reconozca la deuda y renuncie a acciones futuras sobre el estado del mobiliario.

Formaliza la propuesta mediante un documento de acuerdo que incluya: identificación de partes, relación de daños, importes, forma de pago, vencimientos, intereses por mora y cláusula de resolución si el deudor incumple. La firma puede hacerse por medios electrónicos válidos, guardando los sellos de tiempo. Si resulta viable, solicita un reconocimiento de deuda; este instrumento será útil para un procedimiento monitorio o ejecutivo si hay impago posterior.

Ventajas del acuerdo:

  • Ahorra costes y tiempos de litigio.
  • Evita incertidumbre probatoria.
  • Permite cobrar parcialmente de forma inmediata.
  • Conserva la relación con el inquilino si puede volver a ser cliente.

Si el inquilino se muestra colaborador pero sin liquidez, negocia garantías (aval de tercero, cesión de parte de la fianza aún retenida, domiciliación bancaria) y especifica que el incumplimiento reactiva la vía judicial sin necesidad de nuevas negociaciones. En todo momento, mantén el tono profesional y archivístico: cada correo, cada justificante y cada pago parcial debe quedar registrado.

Vías judiciales y procedimientos: monitorio, verbal u ordinario

Si no hay acuerdo, la ley ofrece distintas rutas para recuperar el coste de los muebles dañados. La más ágil, cuando existe deuda dineraria líquida, determinada, vencida y exigible, es el procedimiento monitorio. Con una factura proforma aceptada, presupuestos firmes o un reconocimiento de deuda, el juzgado requerirá al inquilino para que pague o se oponga. Si no paga ni se opone, podrás ejecutar directamente; si se opone, el asunto seguirá como juicio verbal u ordinario según cuantía.

Cuando la controversia se centre en la existencia del daño o su causa, el juicio verbal (para cuantías más bajas) o el ordinario (para cuantías superiores) permiten practicar prueba pericial y testifical. Aquí contienen especial valor: el inventario firmado, las fotografías fechadas, el informe pericial y las comunicaciones fehacientes. A mayor coherencia documental, mayor probabilidad de éxito.

Qué preparar para el juzgado:

  • Contrato e inventario inicial/entrega.
  • Acta de inspección, fotos y vídeos.
  • Presupuestos y, si existe, informe pericial.
  • Liquidación de fianza y requerimientos previos.
  • Testigos (administrador, vecino, conserje) si aportan valor.

Valora también la mediación como vía paralela o previa; en ocasiones desbloquea posiciones sin costes excesivos. En cualquier caso, una buena estrategia pasa por cuantificar con precisión, elegir el cauce procesal adecuado y sostenerlo con un expediente probatorio ordenado y convincente.

Retirada de enseres y residuos: qué hacer con lo abandonado

Además de los daños, a menudo quedan enseres abandonados: colchones viejos, sofás rotos, muebles hinchados por humedad, pequeños electrodomésticos o ropa. Antes de tirarlos, documenta su existencia en la inspección inicial; pueden ser parte de la prueba del abandono y justificar costes de vaciado. Notifica al inquilino que dispone de un plazo para retirarlos si los quiere recuperar, salvo que el contrato contemple la renuncia a los bienes dejados y te autorice a su eliminación directa.

Para el desecho, respeta las ordenanzas municipales y utiliza puntos limpios o servicios de recogida de voluminosos. Si contratas una empresa de vaciado, pide factura detallada; ese coste es reclamable cuando derive del incumplimiento del inquilino. Evita abandonar muebles en la vía pública fuera de los días o lugares permitidos: podrías recibir sanciones.

Consejos prácticos para el vaciado:

  • Inventario fotográfico de todo lo abandonado.
  • Presupuesto previo de retirada y transporte.
  • Factura con desglose por horas y volumen.
  • Recogida conforme a normativa local.
  • Comunicación al inquilino ofreciendo retirada en plazo breve.

Si hay riesgos sanitarios (plagas, moho, olores fuertes), actúa con celeridad y coordina limpieza profesional. La salud y la seguridad del inmueble prevalecen, pero mantén la trazabilidad documental para poder repercutir correctamente esos gastos.

Seguro del hogar y coberturas: cuándo activar la póliza

Revisa tu póliza de hogar o de propietario no residente; algunas cubren vandalismo o daños causados por el inquilino, mientras que otras los excluyen. Si contemplan responsabilidad civil o daños estéticos, podrías activar un parte para reparar ciertos desperfectos costosos (por ejemplo, encimeras, carpintería a medida o cristales especiales). Guarda el número de siniestro y el informe del perito de la aseguradora; aunque ésta te indemnice, conservarás el derecho de repetición contra el inquilino responsable.

Si el arrendatario tenía seguro de hogar propio, puedes sugerirle que lo active por su responsabilidad civil, especialmente cuando el daño haya afectado a terceros (fugas, incendios menores, impactos). En estos casos, la coordinación entre aseguradoras puede simplificar la restitución y ahorrarte adelantos de fondos, siempre sin renunciar a tus derechos frente al inquilino.

Checklist de seguros:

  • Revisar coberturas y exclusiones específicas por daño intencional.
  • Abrir parte con fotos, inventario y presupuestos.
  • Solicitar informe pericial y conservarlo para la reclamación.
  • Explorar RC del inquilino si existe.
  • Coordinar pagos y posibles repeticiones contra el causante.

En cualquier caso, recuerda que la aseguradora cubrirá hasta los límites y franquicias pactados. Si la indemnización no cubre la totalidad, la diferencia seguirá siendo exigible al inquilino conforme a la responsabilidad contractual.

Preguntas frecuentes

¿Puedo quedarme con toda la fianza si hay muebles dañados?

Solo si los daños imputables al inquilino justifican el total. Lo ideal es desglosar partidas, adjuntar presupuestos/facturas y devolver el excedente si sobra.

¿Qué diferencia hay entre desgaste por uso y daño negligente?

El desgaste normal es el deterioro esperable por el paso del tiempo (pequeñas marcas, aflojamiento leve). La negligencia implica uso inadecuado o maltrato (golpes, quemaduras, roturas evitables).

¿Necesito un perito para reclamar?

No siempre, pero un informe pericial aporta fuerza probatoria cuando el daño o su cuantía pueden discutirse. Es muy útil si prevés oposición o juicio.

¿Puedo tirar directamente los muebles abandonados?

Primero documéntalos y notifica al inquilino un plazo breve para retirarlos, salvo autorización contractual. Desecha conforme a normativa municipal y conserva facturas de vaciado.

¿Qué vía judicial conviene más?

Si la deuda está clara y documentada, el monitorio es rápido. Si hay controversia técnica, el juicio verbal u ordinario permitirá practicar prueba pericial y testifical.

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